Soledad Villamil y Federico Olivera se conocieron en el rodaje de Un mundo según Muriel, en 1996, fue en el sur y ambos eran parte de la película. Desde entonces, no se separaron y juntos construyeron una familia: tienen dos hijas, Violeta y Clara, de 22 y 19 años. Lejos de los medios y muy celosos de su intimidad, recién en los últimos años comenzaron a abrirse.
En plena promoción de Atrapados, la serie de Netflix que viene arrasando y que la tiene como protagonista, Villamil da algunas pistas sobre «el secreto» para tener una relación tan duradera, este año cumplen 28 años juntos, empezaron a salir en 1997.
«No hay un secreto, sino ya hubiera escrito un libro y me hubiera hecho millonaria dando consejos sobre cómo tener un matrimonio largo. La verdad es que no lo sé. Puedo hablar de este caso en particular que no creo que se aplique a ningún otro más que a nosotros dos porque el amor es así de misterioso… Creo que, por un lado, es habernos encontrado… Fue y sigue siendo un encuentro muy profundo, muy de destino, también«, dice.
Y ahonda: «Y por el otro, es nunca dar por garantizado nada, nunca sentir: `Ya está. Somos matrimonio, somos una pareja, eh, y bueno, esto es así´. Sino todo el tiempo estar pensando: `Funciona, no funciona´; `Esto está bueno´; `Esto no está bueno´;¿Qué me pasa?´; ¿Qué te pasa?´; `¿Qué necesitás?´; `¿Qué necesito?´».
Otro de las características que Villamil reconoce como clave en su pareja es el diálogo. «Es hablar y también evitar lo más posible cualquier tipo de piloto automático en la relación. Y tener la valentía o el arrojo de poder decir y arriesgarse a decir algo que quizás uno está sintiendo», sostiene.
Soledad Villamil y qué decisión tomaron con Federico Olivera para mantener la pareja a salvo

Soledad Villamil, quien interpreta a Ema Garay, una periodista que se especializa en atrapar criminales en Atrapados, es diferente a su personaje. Si bien ama su profesión y es una de las actrices argentinas con más proyección internacional (fue parte de la oscarizada El secreto de sus ojos), tiene a su familia como eje.
«Mantener la intimidad es algo que a nosotros nos pareció necesario siempre y creo que a lo larga rindió sus frutos», dice.
Y suma: «Muchas veces creo que lo que más hacemos las personas, no solo en la pareja sino en todos los vínculos, es guardarnos cosas que sentimos. No las decimos porque pensamos que quizás al otro lo va a herir o que no nos va a querer o que se va a generar algún conflicto… Entonces nos callamos y esa es una carga que en algún momento siempre sale. Entonces creo que con Fede lo que tratamos es de que no se acumule mucha carga«.
Para lograr esa liviandad, cuenta, Villamil lo que hacen es ir hablando las cosas cuando suceden incluso «con el riesgo» de que «pase lo que tenga que pasar». «Estamos mientras la relación esté viva… Si es estar por estar no vamos a estar», dice la actriz.
Según cuenta, «ser conocidos y trabajar en el mismo mundo» siempre lo vivieron, tanto ella como Fede, de la misma manera. «Cuando nos conocimos sentimos que queríamos mantener lo vincular y la pareja, y después los hijos y la familia y todo nuestro mundo, lo más a salvo posible de las miradas externas. Lo hicimos porque sentimos que es un desafío sostener una familia y una pareja con la mirada puesta nosotros», concluye.