El número de personas que subsisten al raso en Barcelona ya se eleva a 1.460, según recientes datos municipales, y muestran la cara más visible y cruda de la pobreza. Las cifras de referencia remiten a la última acción realizada en diciembre del 2023 por la fundación Arrels, que localizó a 1.384 ciudadanos sin techo en las calles de la ciudad en comparación con los 658 registrados en un primer recuento, en el 2008. El sinhogarismo es una realidad común a las grandes zonas urbanas; Londres halló en el 2024 a 4.780 hombres y mujeres durmiendo en la calle. Una de las líneas de acción para reducir esta cifra en Barcelona pasa por el recién creado Servei d’Orientació i Atenció Social al Sensellarisme (SOASS), con la misión de ayudar a las personas sin hogar a encontrar una habitación y pagar el alquiler.
El Ayuntamiento centra su estrategia en reforzar los equipos para que apoyen a quienes quieren dejar la calle y que, en la medida de lo posible, estén en condiciones para trabajar su autonomía. Jóvenes migrantes, algunos extutelados, forman parte del grupo que reúne las condiciones para dar este paso. Urge actuar cuando alguien lleva poco tiempo a la intemperie para evitar cronificar esta situación. Arrels alertaba en un informe presentado el pasado año de que el 15% de los ciudadanos al raso, en algún momento de su vida, habían sido tutelados, en un centro de protección de la infancia y la juventud, pero este porcentaje se elevaba hasta el 41% en el caso de los que no habían cumplido los 25 años de edad. El 78% había nacido en el extranjero.
Fondo de infancia
Una prestación económica de urgencia para familias

1 Benericiarios: el año pasado llegó a 13.748 familias con 23.284 menoresPresupuesto para el 2025: los hogares con un hijo menor de 16 años optan a 600 euros, y con dos, a 1.05014,5 MILLONES
Entidades como Càritas Diocesana de Barcelona también han reiterado, en los últimos meses, estar al límite por la creciente demanda de ayuda de familias sin recursos, la mayoría inmigrantes en situación administrativa irregular. Detrás de la extrema precariedad está la dificultad de encontrar una vivienda asequible, lo que ha propiciado un mercado de realquiler de habitaciones fuera de la ley que se aprovecha, sin miramientos, de los más vulnerables.
A las citadas 1.460 personas que pernoctan en las calles de Barcelona se suman las 2.900 acogidas en diferentes tipos de equipamientos, las 330 que viven en asentamientos y las 248 en locales, según los datos que maneja el Ayuntamiento. En total, alrededor de 5.000 ciudadanos sin hogar.
La tasa Arope, que mide el riesgo de pobreza y/o exclusión, alcanzaba en el último periodo analizado por el Institut Metròpoli, del 2022 al 2023, al 25,2% de los barceloneses, un punto menos que en el conjunto del área metropolitana y casi uno más que en el global de Catalunya. Pero el riesgo de pobreza ascendía hasta el 39,5% en el colectivo de los menores de 16 años.
Detrás de la extrema precariedad está la dificultad de encontrar una vivienda asequible, lo que ha propiciado un mercado de realquiler de habitaciones fuera de la ley
El estudio Infàncies desiguals , del citado Institut Metròpoli, subraya que pese a la recuperación económica después de la pandemia, que ha propiciado un incremento generalizado de las rentas en la ciudad, los hogares con niños “siguen mostrando una menor capacidad adquisitiva”. Los investigadores destacan que “prácticamente la mitad de la población infantil de origen extranjero está en riesgo de pobreza, quintuplicando la proporción de niños autóctonos en la misma situación”. Ocho de cada diez menores pobres de Barcelona son de origen migrante.
Una de las iniciativas para mitigar las carencias de este colectivo es el Fondo de Infancia, dotado este 2025 con 14,5 millones de euros y que el año pasado benefició a 13.748 familias con 23.284 menores a cargo. A través del Pla de Barris también se promueve el acceso a actividades educativas y culturales.
Las demandas de las personas atendidas por los servicios sociales cada vez revisten más complejidad y la respuesta del Ayuntamiento es informar sobre cómo pueden acceder a prestaciones, desde la renta garantizada de ciudadanía y el ingreso mínimo vital hasta las destinadas a los menores. Barcelona sigue siendo la capital del Estado con más inversión social por habitante, 259 euros.