Un fenómeno climático inesperado golpeó con fuerza a Carlos Casares, dejando daños significativos en pocos minutos. Entre los afectados, el hospital local sufrió roturas en techos y sectores externos, convirtiéndose en uno de los puntos más castigados por las ráfagas.
La tormenta también provocó destrozos en viviendas de Parque San Esteban, con techos metálicos arrancados y estructuras al descubierto.

En el Club Ciclista, el velódromo, vestuarios y cantinas quedaron prácticamente destruidos, aunque los trabajadores lograron ponerse a salvo.
Un episodio tan breve como devastador, que dejó a la ciudad conmocionada y con importantes pérdidas materiales.
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