Aquí en el barrio de la Sagrada Família es más fácil comprar una camiseta del Barça que una barra de cuarto. Estos días el espectáculo es distópico. Los camareros se obcecan en mostrarte su carta. El Ayuntamiento de Barcelona estima que por aquí pasan cerca de 22 millones de personas al año, pero como mucho 4,8 entran en el templo. Camisetas de narcos, faralaes de trencadís y bragas con corazones. Una legión de agentes cívicos achica el océano con cucharas. Las escaleras mecánicas de la boca del metro se atascan porque los turistas insisten en hacerse selfies con el templo a sus espaldas. Hace mucho que los vecinos piden la reforma de esta estación.

Otro ejemplo de que cómo la masificación copa las aceras de los alrededores del templo
Llibert Teixido
Ni las restricciones ni la competencia ni la saturación frenan la apertura de nuevas tiendas de souvenirs en los alrededores del templo. “Cuesta comprender que aún monten más, que pese a su concentración aún sean un negocio –dice Gabriel Mercadal, de la asociación de vecinos–, pero cada vez que cierra un comercio de siempre abre otro orientado al turismo”. Estos monocultivos son otra manifestación de una masificación turística que socava la vida cotidiana de los vecinos.

Hasta los forns de los alrededores del templo se promocionan con vasos gigantes de colores
Llibert Teixido
Hasta las panaderías se promocionan con grandes jarras de colores y ofrecen paellas. Los turistas hacen tantos vídeos que no miran por dónde van y no cesan de tropezarse. De repente la Rambla se antoja un lugar amable. Este verano los vendedores ambulantes ofrecen sobre todo silbatos con forma de pájaro. Algunos vecinos se abren paso codazos, con rictus severo. Tuc tucs, excursiones de guiris en bici, grupos que copan las aceras con el móvil en alto. Las mujeres mayores empujan su carro con expresión de velocidad. Salir a calle pone de mal humor.
Una pescadería y 41 tiendas de souvenirs. La Vanguardia contó estos días los establecimientos comerciales de las manzanas más cercanas al templo. Para llegar a la pescadería en cuestión tienes que subir hasta Rosselló. Los infográficos que acompañan estos párrafos indican que más del 70% de los comercios de la zona están orientados al visitante ocasional. Y si ampliamos el objetivo la desproporción es más desmesurada. “Algunas tiendas de souvenirs aún tienen el cartel del antiguo establecimiento –lamenta el del asociación de vecinos–, y aún pone charcutería. El Ayuntamiento está incrementando ahora las inspecciones, pero le cuesta hacer cumplir sus propias normas”.
Tipología de locales:
Turístico
Local
Mixta
Alok Lahad abrió una joyería y un colmado cerca del templo hace un par de décadas, y durante la crisis del ladrillo los transformó en tiendas de recuerdos, y luego montó la Associació de Negocis Turístics de Catalunya, entidad que agrupa unos 300 comercios de este lado del Eixample, de la Rambla, de los alrededores del Park Güell… Lahad lamenta que los buenos tiempos quedaron atrás. “Hace años que el Ayuntamiento no da nuevas licencias de tiendas de souvenirs, pero siguen abriendo como bazares, tiendas de ropa… y seguirán abriendo mientras vengan turistas”, dice.

En las calles más cercanas a la iglesia se cuentan más de 40 tiendas de souvenirs
Llibert Teixido
“Porque el turismo es la gallina de los huevos de oro. Pero tantas aperturas no nos convienen. Entre los alquileres y el incremento de la competencia vivimos peor. Además, el Ayuntamiento pasó de poner multas de cien euros a otras de mil. Sus normas son absurdas. Sin licencia de souvenirs solo puedes dedicar el 20% del local a estos productos, pero el Ayuntamiento no tiene claro qué es un souvenir. Depende del inspector. Así que la gente quita la palabra Barcelona de sus artículos, para esquivarlos. El Consistorio tendría que preocuparse por la seguridad e invertir la tasa turística en vivienda, y no frenar la principal fuente de riqueza de esta ciudad”.

Hasta 22 millones de personas de todo el planeta se acercan cada año a este lado de la ciudad
Llibert Teixido
A finales de año el gobierno del alcalde Jaume Collboni presentó un plan especial para el barrio: 37 actuaciones a desarrollar estos tres años con 15.442.200 euros para impulsar la diversidad comercial, reducir el impacto de los visitantes, recuperar espacios para los vecinos… “La saturación del espacio público –añaden fuentes municipales– también se debe a un diseño que no consideró un uso tan intensivo. El plan pretende incidir en el paisaje urbano, los puntos de atracción turística y el modelo de espacio público”. Estas semanas los barrenderos vacían las papeleras ocho veces al día, seis más que las del resto de la urbe, aún así muchas se desbordan.

Las excursiones turísticas en bici también generan problemas de movilidad
Llibert Teixido
“Yo me doy cuenta de que el Ayuntamiento está eliminando obstáculos del espacio público –tercia el de la asociación de vecinos–, y también de que también están incrementando las inspecciones de las terrazas, porque muchos ponen las mesas que quieren. Pero los vecinos aún no notan nada. Todavía estamos lejos de l punto de inflexión. La saturación de las calles continua”.

Los turistas se hacen fotografías hasta en las escaleras del metro
Llibert Teixido
“Es que el Ayuntamiento no sabe gestionar los flujos de turistas –dice Sílvia Gil, del Eix Comercial Sagrada Família–. Mi fotocopiadora está rodeada de cinco edificios dedicados al alquiler de temporada y turístico. El comercio de proximidad desaparece porque desaparecen los vecinos. En esto somos pioneros”. Pero los visitantes viene a decir Gil, no son el enemigo. “Tienen que esponjar los grupos para que vivir aquí no sea tan desagradable. Muchos otros comercios podrían beneficiarse de tantos visitantes si no subieran y bajaran siempre por las mismas calles saturadas”.

Muchos vecinos están ya hartos de la saturación del espacio público
Llibert Teixido
Los flujos tienen hartos a muchos vecinos de Fort Pienc. Aquí están las paradas de los autocares de tantos cruceristas y excursionistas venidos de la Costa Brava. “Suben al templo grupos de 50 personas –dice Joaquim Mallén, de la asociación vecinal–, todos por las mismas calles, algunos con paraguas para protegerse del sol ¡si te despistas te sacan un ojo! encima sus autocares los esperan con el motor encendido, generando ruidos y humos, y son tantos que a veces hasta ocupan paradas de TMB. El Ayuntamiento los quiere gestionar con una app, pero así no hará que vengan menos”.

La movilidad en torno al templo es muy complicada
Llibert Teixido
Los vecinos de Sagrada Família proponen hacer un aparcamiento subterráneo de autocares cerca de la basílica, para que estos visitantes no tengan que caminar tanto. Pero este proyecto no es viable mientras duren las obras del templo. “Mire –tercia Paquita Vázquez, de la asociación de guías turísticos profesionales Apit–, fueron las protestas vecinales las que llevaron tan lejos los autocares,y provocaron esta situación. Si nos dejaran aparcar más cerca del templo se reducirían las molestias. Al menos dejaron de disparar balines contra las autocares. Ahora solo nos tiran huevos”.
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Un mes atrás cerró la peluquería Salomó, la más antigua del barrio, en la calle Sardenya, en uno de estos flujos, en el corazón del monocultivo de la Sagrada Família. “La cogí hace más de 40 años –dice Joan Salomó–, pero ya funcionaba a finales del XIX”. Muchos la echan de menos. “Las cuentas cuadraban peor, mi hijo no lo veía claro, por la puerta ya solo veía pasar turistas…”. El negocio perdió clientes porque el barrio perdió vecinos. “Los de los souvenirs pueden pagar 8.000 euro de alquiler… Muchos que eran dueños del local donde trabajaban lo alquilaron para vivir mejor. Ahora tenemos aquí 189 tiendas de souvenirs. Antes tenía cerca un colmado, una carnicería, dos pescaderías, y ahora…”.