El Gobierno eliminó regulaciones en el sector para agilizar los procesos de exportación y sanidad. SENASA trabajará directamente con los productores, sin exigir habilitaciones anuales ni permisos previos para la cosecha.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció una nueva desregulación en la industria frutícola, orientada a simplificar los controles y agilizar la producción.
La medida, trabajada en conjunto con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), busca optimizar la capacidad de respuesta ante contingencias sanitarias y facilitar la emisión de certificados fitosanitarios para la exportación.
«Rediseñamos la regulación para centrarnos en lo esencial: evitar la propagación de plagas y garantizar el comercio exterior sin trabas burocráticas», explicó Sturzenegger, quien destacó el rol de Pablo Cortese, presidente de SENASA, en la implementación de los cambios.
Entre las modificaciones más relevantes, se eliminó la obligación de obtener permisos para habilitar instalaciones y su renovación anual. Además, los productores ya no necesitarán autorizaciones previas para cosechar, lo que les permitirá operar con mayor flexibilidad.
Desde el Gobierno aseguran que el nuevo marco normativo permitirá a SENASA actuar con mayor rapidez ante brotes sanitarios y responder de manera eficiente a las necesidades del sector, fomentando la producción y la competitividad en los mercados internacionales.