Existe una enorme desesperación del gobierno de Milei por obtener dólares debido a los próximos vencimientos de la deuda pública externa y a la corrida cambiaria de los últimos días.

La semana pasada se vendieron 1.100 millones de dólares con el objetivo de mantener el tipo de cambio y sostener una política antiinflacionaria basada en la contención de dólar y los salarios.
Después dicen que no hay plata para la ley de discapacidad o para actualizar o aumentar jubilaciones. Los recursos se utilizan para satisfacer las demandas del poder, ahora eliminado las temporalmente retenciones.
Bajan a cero las retenciones hasta el 31 de octubre, al tiempo que apura reuniones con grandes operadores del comercio internacional de granos para aseguran aportes de divisas a las reservas internacionales.
Además, busca apoyo financiero en EE.UU., posiblemente a través de un swap, lo que podría implicar condicionalidades como terminar con el swap con China y avanzar hacia una libre flotación del tipo de cambio, permitiendo la remisión de utilidades al exterior.
De este modo, el gobierno de la Argentina se subordina a la lógica del capital hegemónico vinculado a la exportación primaria y profundiza el endeudamiento y la subordinación a EE.UU.
Hay desesperación en el gobierno de Milei por hacerse de dólares, frenar la corrida y evitar la cesación de pagos ante la insuficiencia de divisas.

El gobierno resigna las escasas divisas bajo gestión pública ante la demanda de inversores con disponibilidad de pesos sobrantes, una minoría respecto de la baja de ingresos populares.
Son inversores que ejercen una fuerte presión para la devaluación, favoreciendo el interés de los grandes productores y exportadores locales.
Existen gestiones urgentes para que los principales operadores de granos liquiden inmediatamente todas las exportaciones que puedan, aprovechando la baja de retenciones.
Las cámaras y organizaciones representativas del poder terrateniente y de los complejos agroexportadores saludan la iniciativa y evidencian el privilegio de la política pública hacia el capital concentrado.
El gobierno necesita las divisas para hacer frente a los vencimientos de deuda y para frenar la corrida, por lo que concede a la demanda del poder económico.
Para cumplir con la afirmación ministerial de “vender hasta el último dólar” para sostener la política cambiaria de bandas, es que hace falta que ese último dólar esté disponible. Por eso, la baja de las retenciones y el aumento de la deuda pública en divisas.
La eliminación de retenciones se presenta “temporal”, para inducir liquidaciones, incluso anticipadas de ventas a futuro y armar un colchón de fondos, por lo menos hasta las elecciones de medio turno del 26 de octubre.
Todo para intentar mantener la expectativa de mejorar la presencia oficialista en el Congreso y avanzar con las reaccionarias reformas estructurales: laboral, previsional y tributaria.
Negociación de deuda con EEUU
El Tesoro de EEUU salió en apoyo del gobierno argentino, confirmando los dichos de Scott Bessent en abril pasado, oportunidad de la visita relámpago a Buenos Aires, cuando se anunciaba el acuerdo del FMI por un préstamo de 20.000 millones de dólares, de los cuales ya se desembolsaron 14.000 millones.

Solo el anuncio de apoyo de Trump y Bessent impactó en baja de la cotización del dólar y mejora de los títulos argentinos que se devaluaron en las últimas rondas de negocios bursátiles.
Milei de vista toda la semana en EEUU, por reunión de la ONU, recibirá de manos de Bessent un premio internacional y, además, tendrá una foto con Trump, de ratificación de una alianza que explicita la subordinación local a la política exterior del gobierno estadounidense.
A Trump le viene bien la subordinación argentina y por eso ratifica la alianza política de ultraderecha que sustenta con su par argentino, aunque le cueste un puñado de dólares.
Las especulaciones son variadas respecto al monto de la asistencia financiera, la modalidad de la iniciativa y los tiempos del desembolso, por lo que, ante la desesperación gubernamental, se dispuso la eliminación temporal de las retenciones a las exportaciones de granos.
Cuáles serán las condicionalidades de la asistencia financiera no se sabe y probablemente tampoco se expliciten en su totalidad, pero la demanda sobre Ucrania para compensar con bienes comunes es un antecedente importante a tener en cuenta.
Una condicionalidad se asocia a la demanda de alejamiento de las relaciones económico financieras de Argentina con China. Hasta ahora, al gobierno Milei lo supera la realidad sobre la ideología y las afinidades políticas. Cuando nadie financiaba al país, hubo que ratificar y usar el swap con el gigante asiático.
Es más, uno de los grandes operadores del comercio de granos es COFCO, la gran trasnacional china, que según la Bolsa de Comercio de Rosario es responsable del 13% de la venta de granos en el último lustro, completando el podio con Cargill y Viterra, cada uno con el 14%.
Queda claro que el gobierno Milei no privilegia un “interés nacional” y si privilegia la subordinación a la política exterior de Trump, cuyo eje es la competencia con China, más allá de acuerdos y negociaciones entre Washington y Beiging.
Otras condicionalidades vendrán asociadas a la demanda del poder local transnacionalizado, por la devaluación y la liberación cambiaria, lo que supone la eliminación de las restricciones al movimiento internacional de capitales, especialmente la posibilidad de favorecer las remesas de utilidades al exterior.
En ese sentido, tiene que haber reservas internacionales genuinas suficientes para la salida de divisas, tal como ocurrió en 2018, cuando el FMI desembolsó 45.000 millones de dólares para cancelar deuda, remitir utilidades al exterior y favorecer la constitución de activos externos, sean billetes, acciones, títulos o propiedades en manos del sector privado de la Argentina.
Argentina vuelve a profundizar el rumbo del endeudamiento, de la dependencia y de la subordinación al capital externo y a la política exterior de Estados Unidos.
Buenos Aires, 22 de septiembre de 2025