Es Rocky, es Rambo, ahora es el capo mafia Dwight Manfredi. Lo reconocemos por sus personajes célebres, pero Sylvester Stallone se define como un escritor, una actividad que lo sigue apasionando desde que vendió el guión de Rocky y logró que lo aceptaran también como protagonista cuando se sentía un actor desahuciado, a punto de cumplir los 30.
Sylvester Stallone está escribiendo sobre eso como parte de una autobiografía que se publicará en mayo del año que viene, The Steps/ A Memoir, coincidiendo con el 50 aniversario de la película.
“Pensabas que te habías olvidado completamente porque el tiempo promueve la ignorancia y el olvido. Y me pregunto si podría haberlo hecho si no hubiera habido espinas. Y no, porque el mundo no funciona así, el mundo es sobrevivir y sólo sobreviven los fuertes”.
Desde la comodidad de su elegante oficina, estimamos que en su mansión de Palm Beach, adonde se mudó desde California junto a su esposa y sus tres hijas veinteañeras, el actor dio una conferencia de prensa virtual para promover la tercera temporada de Tulsa King, su hit en Paramount+ y eso nos permitió entrar por un rato en su cabeza. “La escritura es la más difícil de las artes” asegura. “Es matemática verbal”.
Sylvester Stallone se considera a sí mismo como un escritor. Foto: Reuters “Rocky es mi cima”, resumirá en algún momento de casi una hora de reflexiones. “No habrá nada igual”.
En Filadelfia, donde se filmó, lo esperan en 2026 para celebrar la historia del boxeador que lleva todas las de perder y se gana el corazón del público. Todo perfectamente calculado. “En el final ves las señales de los golpes, suena la música y escuchás la declaración de amor, es una escena que de tan perfecta es épica”, se relame.
El rey de Tulsa tiene nafta para rato
Después de 25 años en prisión en Nueva York por un crimen que no cometió, exiliado por su clan, el capo Dwight Manfredi desembarca en Tulsa, Oklahoma, adonde va a construir su imperio mafioso.
Sylvester Stallone, como Rocky, su máxima creación. Foto: APLa premisa original es del productor Taylor Sheridan, el creador de Yellowstone, pero Stallone muestra un guión de la primera temporada de Tulsa King lleno de agregados . “La primera temporada fue como tirarse de un avión sin paracaídas”, pero dice que en la tercera ya no hay ni una tachadura, y están trabajando en la cuarta.
Cuenta que la llegada de Dwight a Oklahoma le hizo acordar a su arribo a Nueva York, solo en una ciudad de 8 millones de habitantes, sin contactos, sin dinero. Por eso dice haberle agregado una dosis de humor, de carisma. “La soledad -se queda reflexionando Stallone- es la peor enfermedad del mundo”.
La serie es un éxito en la plataforma. “No hay secretos, sino ya lo hubiera embotellado”. Lo que hay es una fórmula que le sirve con tres condimentos básicos, acción, corazón y humor, para que el público se identifique con los personajes.
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Tráiler de «Tulsa King», tercera temporada
Los desafíos lo mantienen alerta
La aparición de Samuel L Jackson en la tercera temporada lo estimula, habla de él como si fuera un boxeador que lo desafía. “Me gusta aprender cosas nuevas, superarme, tratar de ser mejor persona”. A Jackson lo conocía como vecino, aunque no habían trabajado juntos. Eso cuando vivía en su mansión en Los Ángeles, la que le compró Adele en 2022 por 58 millones de dólares.
En su biografía, Sylvester Stallone contará cómo vendió la historia de Rocky y cómo convenció a todo el mundo que él debía protagonizar la película.Ser una celebridad es muy intoxicante, reconoce. “Tenés que tratar de ser empático y agradecido. Trato de transmitirle eso a mis hijas y que escuchen la sabiduría de las personas mayores, como yo”. Una de ellas, Scarlet, es barista y entrenadora de caballos en la serie y él está muy orgulloso. Se vio la dinámica del quinteto en el reality La familia Stallone y él manifiesta que quiere disfrutar cada momento que pasa con ellas porque es consciente de que ya está grande, cumple 80 el año que viene. “Tuve 8 operaciones de espalda, 3 fusiones de cuello, pero a este músculo (se toca la cabeza) lo sigo estimulando”.
Del 7 al 11 de enero, en el Convention Center de Los Angeles, se exhibirán sus pinturas abstractas. No deja de sorprender. “Ningún hombre es una isla”, tira al pasar.
