En el estadio La Nueva Olla de Paraguay, Talleres de Córdoba se desahogó al ganarle a River Plate por penales en la final de la Supercopa Internacional y celebró por primera vez la obtención de un título de AFA.
El cuadro cordobés, fundado en octubre de 1913, nunca había podido conseguir un campeonato nacional. Contaba con 27 logros en la Liga Cordobesa y la consagración en la Copa Conmebol 1999, pero a nivel autóctono, nunca había dibujado una sonrisa.
En los 120 minutos que duró esta final, la T no se sacó ventajas con el Millonario, aunque quizás tuvo las situaciones más claras. Un cabezazo de Federico Girotti y un remate apenas desviado de Bebelo Reynoso fueron las opciones más claras.
El conjunto de Núñez también pudo haber lastimado con un disparo de Franco Mastantuono que se fue cerca del palo y con un contraataque que Miguel Borja no supo culminar. Pero el agobiante calor y humedad se hicieron notar en los físicos de los protagonistas en los últimos instantes de juego.
Con mejor puntería

En la definición por penales, River comenzó la tanda y Guido Herrera le detuvo el tiro al local Matías Rojas, pero Reynoso mantuvo la igualdad al desviar su remate por encima del travesaño.
Gonzalo Martínez y Joaquín Mosqueira convirtieron, al igual que Borja en el tercer turno. Sin embargo, Franco Armani le contuvo el disparo a Cristian Tarragona, por lo que el Millonario se había puesto en ventaja.
El cuarto penal para River fue de Gonzalo Montiel, quien quiso colocarla arriba pero la pelota terminó en la tribuna. Talleres podía empatar la serie, pero Armani nuevamente atajó la ejecución de Ulises Ortegoza y si Facundo Colidio acertaba, el título se iba para CABA.
Pero el delantero estrelló su tiro en el travesaño, Nahuel Bustos igualó el duelo, Manuel Lanzini pateó desviado y Gastón Benavídez se convirtió en el héroe de la noche, y de la historia, al concretar su tiro desde los doce pasos.