Tatu Glikman no deja de sorprender. La actriz que dio vida a La China en En el Barro, la ficción carcelaria que arrasó en Netflix, se consolidó como una de las grandes revelaciones del año. Su talento, su intensidad y su capacidad para habitar un personaje tan complejo la llevaron a ganarse el reconocimiento del público y la crítica. Pero lejos de encasillarse únicamente en la actuación, la joven porteña demostró que tiene otro costado artístico que hasta ahora pocos conocían: el de la música.
Lo curioso es que esa faceta no surgió de una planificación ni de un proyecto de largo aliento, sino de la necesidad de expresarse en un momento en el que los castings no le sonreían. “Necesitaba serotonina de algún lado”, recordó entre risas y emoción. Así, de a poco, empezó a darle forma a un camino paralelo que hoy la tiene grabando canciones, componiendo letras y soñando con videoclips.
En diálogo con Revista GENTE, Tatu abrió su corazón y habló de cómo nació esa pasión por la música, qué significa para ella rapear y cómo planea equilibrar esta otra faceta artística con la actuación.

La música según Tatu
-¿Qué música hacés?
-Soy solista, rapeo. Estoy haciendo mi tercer tema que espero que salga el año que viene. Las letras son mías. Estoy trabajando con Punga, que es mi productor. El año que viene la idea de salir con unos buenos videoclips. Es algo que me emociona lo mismo que la actuación, pero si sale algo actoral es algo que dejo de lado, como que es a mis tiempos.
-¿Cómo es que nace?
-Porque no estaba quedando en ningún casting y necesitaba serotonina de algún lado. En ese momento yo trabajaba en una productora que manejaba una banda y me empiezo a meter con cosas de la banda como giras, hacer un disco, etc… y ahí digo «che, esto está bueno» y yo rapeaba desde hacía mucho de pero sentarme, ponerme un bit y rapear.
-Pero lo hacías en público, por ejemplo ¿lo exponías en una batalla?
-No, no, jamás. Me veía todas las batallas pero lo mío era algo más de puertas a dentro.
-¿Por vergüenza?
-No, vergüenza no. Era más algo como ‘soy actriz’, como cuando uno se encasilla, ‘soy actriz y esto es más un hobby’. Y no sé quién me dijo por ese entonces en la productora, ‘che, está bueno rapear, andá al estudio y te divertís un rato’ y fui y nunca más me pude ir. Me encantó.

Una vida atravesada por el arte
Lejos de improvisar, Tatu tiene un largo recorrido en la música. “Tomé clases de canto toda la vida cuando hacía comedia musical, eso estaba como incluido en el pack, y después hacía canto sola. Hice con Mónica Philibert, que trabaja en el Teatro Colón, con Niki Popper, que es mi amiga… Me encantan la música, mis amigos artistas y sus procesos”, le dijo a GENTE.
Esa formación temprana le dio herramientas para encarar este presente en el que la música ocupa un lugar cada vez más importante. La joven actriz sabe que su prioridad sigue siendo la actuación, pero también es consciente de que encontró en el rap un canal de expresión tan vital como el teatro o la pantalla.

Con apenas 30 años, Tatu, quien pasó de Broadway a En el Barro y ahora incursiona en la música urbana, demuestra que no tiene miedos de explorar. Su carrera es un camino de búsquedas, desafíos y nuevas pasiones.
Lo cierto es que Tatu ya no es solo “la revelación de En el Barro”: también es una artista integral que sueña con llenar escenarios, grabar discos y seguir sorprendiéndonos con su voz.
Fotos: Martina Cretella
Dirección de Arte: Roshi Solano
Vestuarista: Motherussian
Ropa: The Ann Wagners
Zapatos: Toribia Choque
Accesorios: Oculttoo
Pelo: Lucas Obredor (Frumboli Estudio)
Make up: Naza Genovese (Frumboli Estudio)