«¿Vas hoy a ver la obra?» se escucha a un pibe de unos 18 años preguntarle a quien está sentado a su lado en la entrada del edificio de la Facultad de Humanidades «Noemí Labrune». En la puerta se ve el afiche «Pieza Teatral por la identidad: Astilla del mismo palo». Se anuncia para el Jueves 20 de marzo a las 18hs en el Aula Magna. Todo un acontecimiento. Nadie recuerda cuándo fue la última vez que el teatro fue a la universidad.
«Esta iniciativa surge de la necesidad de mantener a través de generaciones la memoria colectiva, batallando por la verdad y la justicia. Conocemos muchos compañeros y compañeras que ingresan a la universidad y conocen poco de la historia de la dictadura, y no sorprende además en el marco de la política de este gobierno negacionista, que cierra sitios de la memoria y visita genocidas en la cárcel», comenta Flor Beltran, presidenta del CEHUMA y militante de EnClaveROJA-PanyRosas. «Este año nos parecía interesante hacer una propuesta distinta desde la cultura con el biodrama que propone Verónica Martínez Durán, militante de HIJES, contando su propia historia como hija de un desaparecido por la AAA. Y que sea en la universidad pero abierta para toda la comunidad es un orgullo para nuestra agrupación», culmina Flor.
Son las 18hs, hay estudiantes en el hall esperando para entrar. En la espera se escucha un audio que es parte de la obra para hacer en simultáneo el recorrido por la muestra fotográfica y de poemas que recupera Verónica de su vida, de su infancia, del reencuentro con su madre. Eli Hayas, vicepresidenta del CETRASO les da la bienvenida a quienes van llegando y los introduce en la dinámica de la obra.

Mientras comienza el ingreso a la sala, Verónica está sobre el escenario. La atención de todos y todas está cautiva. Gracias a algunas cátedras hay ingresantes que pudieron asistir «es la primera vez que veo teatro», nos confiesan varios al salir. Más de 100 butacas ocupadas, el silencio da lugar a la obra.
Durante la semana distintos medios cubrieron el evento porque se trata de una novedad. «Nos va a contar cómo vive ser madre, hija y mujer. Una actividad en el marco del mes de la memoria. Nos parecía importante que de la mano del arte regional se pueda hacer una reflexión de este tipo» señaló Paz, estudiante de Trabajo Social y parte de la organización.
Al finalizar, Verónica y Sebastián Fanello -director de la obra- invitan a los y las presentes a compartir reflexiones y hacer preguntas.
Una de las primeras en compartir su emoción es Mariana Derni, abogada del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, para reivindicar que «es fundamental como parte de retomar y de mantener vivos los hilos de continuidad, actividades como esta con artistas militantes y estudiantes, en la universidad, apropiándose de estos espacios para seguir construyendo memoria».
También Elida Cifuentes, ex detenida en la dictadura y Trabajadora Social tomó la palabra «estoy emocionada porque es la primera vez que veo la obra. vos podes hacer una lectura que va más allá, para entender por qué a tu papa lo desaparecieron. Que es siempre el poder hegemónico que sigue operando y sigue con este plan de negacionismo, de ajuste y represión: siempre el imperialismo buscando perpetuarse en el poder».
Varias estudiantes preguntan a Verónica sobre distintos aspectos de la obra que lleva más de diez años en funciones.
Una vez finalizada la obra Verónica señaló que «es la primera vez que vengo a hacer una función a la UNCo. En un momento pensé ¿quien va a venir? y se llenó y estuvo muy bueno. Me gustó que se quedara la mayoría al conversatorio. Me parece importante movilizarse a donde haga falta, así que les agradezco la invitación e invito a todos y todas a la marcha del 24 de marzo».
El telón se cierra, el del aula y el del día, pero quedan las reflexiones y la tarea de construir una gran movilización para el próximo 24 de marzo en el que las calles tienen que gritar nuevamente «Son 30 mil. Fue genocidio».