Recontra sabido es que si hay algo que falta en Hollywood no es dólares sino ideas. Y cuando una película es original -y encima tiene la suerte de convertirse en un éxito- la palabra secuela se asocia casi de inmediato. Es lo que sucedió, ay, con El teléfono negro, que protagonizó Ethan Hawke.
Más una película de misterio que de terror, sí estaba pincelada con toques de horror sobrenatural. Por si no la vieron -y era recomendable-, Hawke era un asesino de niños, que primero los secuestraba y luego los encerraba en un sótano. En esa habitación solamente había un colchón viejo y el teléfono del título.
En aquella película estrenada hace tres años, Finney (Mason Thames) recibía llamados de niños del más allá, que habían sido asesinados por The Grabber, y le daban pistas para huir.
Los US$ 161.000.000 que recaudó en todo el mundo, sobre un presupuesto de US$ 18.000.000, hizo que rápidamente Scott Derrickson (Doctor Strange. Hechicero supremo), el director, coguionista y productor, se pusiera a escribir una continuación.

Para qué.
Ethan Hawke, el hombre que vuelve de la muerte
No es spoilear si vieron la primera que The Grabber era asesinado por Finney. Pero verán en los créditos de Teléfono negro 2 (sin El adelante en el título) que el actor de la saga de Antes del amanecer encabeza el elenco. No, no es una precuela, sino que The Grabber, desde el infierno o el sitio donde crean conveniente, quiere vengarse de Finney. Y lo hará no con él -en principio- sino con Gwen (Madeleine McGraw), la hermanita menor de Finney, que tiene visiones en sus sueños.
Así fue como logró que su hermano se salvara.
Y antes de que digan Pesadilla en lo profundo de la noche, bueno, sí, la película le roba demasiado a la saga creada por Wes Craven.

De ingeniosa y perturbadora a otra más de terror
Lo que había sido una idea ingeniosa, en una producción de clima opresivo, sí, y sumamente perturbador y algo perverso, y en la que las sorpresas venían tanto de lo que sabía Finney (y no sabía The Grabber) y viceversa, se desdibuja y desmadra en esta secuela.
Porque Teléfono negro 2 pasó a ser una más de terror, con asesinatos y atentados a niños más o menos horrendos. Porque una cosa es dar indicios y ser más o menos sutiles, y otra es volverse explícitos.

Hay toda una explicación que relaciona a The Grabber con la mamá de los chicos -bueno, no tan chicos, por más que Mason Thames entre una película y otra haya filmado Cómo entrenar a tu dragón, en su versión de acción real- y un campamento cristiano, en medio de la nada, hacia donde van Finney y su hermanita para, creen, entienden, les parece, terminar con The Grabber.
Lo antedicho: una pena que una buena idea no haya sido potenciada sino bastardeada, porque no solo al final de la proyección, sino ya a los 20 minutos estamos extrañando -demasiado- a la primera.
“Teléfono negro 2”
Regular
Terror. Estados Unidos, 2025. Título original: “Black Phone 2”. 116’, SAM 16. De: Scott Derrickson. Con: Mason Thames, Madeleine McGraw, Ethan Hawke, Jeremy Davies, Demián Bichir. Salas: Hoyts Abasto y Unicenter, Cinemark Palermo, Cinépolis Recoleta, Pilar y Avellaneda, Showcase Belgrano, Haedo, Norcenter y Quilmes.