En un clima de tensión y hermetismo, los referentes del peronismo bonaerense avanzaron con el reparto de las candidaturas en los municipios, de acuerdo con el propósito que se habían fijado de intentar armar primero el rompecabezas en las 135 intendencias y dejar para el final, más cerca al cierre del sábado, la definición de los principales postulantes a legisladores provinciales en las ocho secciones electorales.
Por la decisión de consensuar un esquema de listas conjuntas en medio de las pujas y desconfianzas que persistirán más allá de los comicios, en todos los distritos deberán dar el aval representantes de los tres sectores que encabezan las negociaciones, los liderados por Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa. “Eso hace que, aunque en algunos lugares se va ordenando, nadie va a firmar hasta que esté todo cerrado”, coincidieron dirigentes involucrados en las conversaciones casi permanentes, en la sede de la gobernación bonaerense y por teléfono o chats.
De ambos lados dejaron en claro que se atajarán de posibles arremetidas de último momento. «Ellos siempre te sorprenden al final, te vienen con algo que no estaba ni siquiera hablado. Sabemos que hay que tener mucho cuidado», advirtió un intendente del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), liderado por Kicillof.
«El mayor problema es de Axel, porque nosotros y el Frente Renovador somos más orgánicos. A ellos les va a costar más ordenarse», contrastó un dirigente con vínculo con Cristina Kirchner.
Para los municipios uno de los criterios será que en los gobernados por el peronismo la lapicera la tendrán los jefes comunales, con el compromiso de abrir lugares para el resto de los espacios. En algunos distritos persisten los conflictos. El caso más emblemático es Morón, por el enfrentamiento entre el intendente Lucas Ghi -del MDF- y Martín Sabbatella, alineado con el kirchnerismo y que reclama que su sector, Nuevo Encuentro, lidere la boleta de concejales. Ghi no lo acepta. “Va a tener que resolverse arriba”, estimaron.
Otra traba surge por las «compensaciones» entre intendentes peleados como Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mayra Mendoza (Quilmes) y Julián Alvarez (Lanús). “Si ellos abren sus listas, nosotros también”, tensaron la cuerda del lado de Ferraresi, del lado del gobernador. Los camporistas pasaron factura por el quiebre de los bloques en los Concejos Deliberantes.
Por el momento nadie sugiere un riesgo de división, salvo en todo caso en algunas intendencias, aunque como suele pasar no adelantan un cierre sencillo. “Todo se va a empezar a cerrar el sábado al mediodía”, descontó un jefe comunal del conurbano.
Con predominio de intendentes como probables cabezas de lista, para la Tercera suenan Mariano Cascallares (Almirante Brown), Mayra Mendoza (Quilmes), Federico Otermín (Lomas) y Nicolás Mantegazza (San Vicente). También la vicegobernadora Verónica Magario, por el peso electoral de La Matanza. En la Primera circulan los nombres de Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Federico Achával (Pilar) y el ministro bonaerense Gabriel Katopodis.
En base a los 29 diputados y senadores que consideran “entrables”, es decir con posibilidades de ser electos, en un momento trascendió que 11 de esos lugares podrían quedar para el MDF de Kicillof, otros 11 para el kirchnerismo y siete para el massismo. Luego lo desestimaron. “No es un reparto de números, lo que nos interesa es presentar listas competitivas”, argumentaron del lado del gobernador. “No es ésa la cuenta porque vamos a meter más de 30”, hicieron cálculos más optimistas en el Frente Renovador.
El peronismo apuntará a conseguir un triunfo holgado en la Tercera, que la Primera termine “lo más pareja posible”, intentar “dar pelea” en la Octava y en el resto “que no sea una paliza”, con el objetivo de promediar un resultado positivo, de acuerdo con la mirada de un integrante del Gabinete de Kicillof.
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