La conmemoración de los cincuenta años del estreno de la película Tiburón , dirigida por Steven Spielberg, es una buena excusa para recuperar el documental 50 años de Tiburón (Movistar+). Ciñéndose al metraje clásico y a la narrativa convencional del género, el documental, de producción francesa, describe el impacto que la película provocó a finales de los setenta. También incorpora las interpretaciones políticas y sociológicas que, a lomos de la posteridad, ayudaron a transformar la película no solo en un referente para cinéfilos conspicuos sino también para estudiosos y amantes de la industria cinematográfica.

Tráiler de la película Tiburón
Descubrir las circunstancias del rodaje y cómo Spielberg, que entonces solo tenía veintisiete años, supo reconvertir cada obstáculo y servidumbre del azar en gasolina creativa relativiza todas las teorías. Unas teorías que atribuyen a Tiburón una dimensión metafórica sobre el alma decadente de EE.UU. o una crítica encubierta al capitalismo. De hecho, este criterio se podría aplicar perfectamente a la figura de Donald Trump.
No es lo mismo el terror de un falso tiburón que la memoria del terror real provocado por la banda armada ETA
PAÍS VASCO. Otro tipo de terror, mucho más real e implacable: el terrorismo de ETA. La serie La frontera (Prime Video) sitúa su argumento en el País Vasco, en 1987, en plena espiral de atentados y en un territorio parecido al que retrató la serie La línea invisible (Movistar+).
El acierto argumental radica en contar el momento en el que, para forzar las negociaciones de la banda armada con el gobierno español, los terroristas decidieron ser aún más asesinos que hasta entonces.
La frontera juega con dos tramas complementarias. La primera explica el amor imposible entre un comisario de la Guardia Civil y una militante hija de un dirigente etarra y, a otro nivel, las complicidades entre funcionarios españoles y franceses que, al margen de sus superiores, intentan evitar un gran atentado en París. La historia de amor recuerda aquel proyecto de Eloy de la Iglesia, que nunca se llegó a rodar, Galopa y corta el viento , la historia de un amor homosexual entre un guardia civil y un abertzale.
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En La frontera , la ambientación, los elementos de contexto, las interpretaciones y el dibujo de los personajes funcionan. Pero el argumento carga con unas dosis de inverosimilitud que acaban perjudicando la dignidad notable del proyecto.