La fábrica Textilana, fabricante de la marca Mauro Sergio en Mar del Plata, suspendió a 170 trabajadores hasta el 31 de marzo de 2026 debido a la caída de ventas y el impacto de las importaciones. La medida incluye el pago parcial de salarios y aguinaldo.
La reconocida empresa de pulóveres Textilana, una de las principales del rubro de tejido de punto en Argentina, suspendió a 170 empleados, cerca del 70% de su personal, como consecuencia de la caída de ventas y la presión de las importaciones. La medida regirá desde el 16 de noviembre de 2025 hasta el 31 de marzo de 2026.
Negociaciones con los trabajadores
La decisión se tomó tras una audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo, donde la empresa, a través de sus representantes legales, solicitó la suspensión del personal. Luego de varias negociaciones con la comisión interna, se logró acortar la suspensión de seis a cuatro meses y medio y se acordó que la firma pague el 78% de los salarios durante ese período, así como el aguinaldo en dos cuotas en lugar de tres.
Impacto en los empleados
El miembro de la comisión interna, Mauro Galván, señaló que muchos trabajadores aceptaron la medida por temor a un posible cierre total de la fábrica. Algunos afectados cuentan con hasta 40 años de antigüedad, y Galván recordó que la planta ha reducido su plantilla significativamente: de 1.200 empleados en su mejor momento a 240 actualmente.
Crisis histórica y contexto económico
Según Galván, la fábrica enfrenta una situación sin precedentes: “Antes veíamos salir camiones todo el tiempo, pero ahora no hay ventas. No hay guita en las calles. Además, las importaciones también nos joden”. La caída en la producción y las ventas refleja la profunda crisis de la industria textil argentina, marcada por factores económicos y políticos que afectan la competitividad del sector.
Medidas adoptadas por la empresa
A pesar de la suspensión, la empresa Textilana mantiene el pago parcial de salarios y el aguinaldo, evitando así un impacto económico total en los trabajadores. Galván destacó: “Dentro de lo malo, es lo menos malo con respecto a otros acuerdos. La empresa siempre se ha manejado correctamente cuando se ha acordado”.
La situación deja en evidencia la vulnerabilidad del sector textil, con fábricas que reducen personal y suspenden operarios frente a la falta de ventas y la presión de las importaciones, generando incertidumbre entre trabajadores con décadas de experiencia en la industria.





