El juego de Gracie Darling aparece como una de las propuestas ideales para quienes buscan misterio, tensión y una atmósfera inquietante. La serie australiana creada por Miranda Nation se mueve entre el thriller y el drama psicológico, con guiños al terror que potencian el clima perturbador que acompaña a su protagonista desde la adolescencia.
La historia sigue a Joni Grey, una psicóloga de 27 años marcada por un trauma que nunca logró procesar. A los 14, su mejor amiga desapareció durante una sesión de espiritismo, un hecho que fracturó su vida para siempre. Ahora, más de una década después, una nueva desaparición reabre las heridas que ella había intentado dejar atrás. La sinopsis oficial lo resume con precisión: “Hace años, su mejor amiga de la infancia desapareció en una sesión de espiritismo. Ahora debe enfrentarse a su tormentoso pasado cuando se esfuma otra chica.”

Este punto de partida provocó que muchos espectadores encontraran similitudes con Háblame, el exitoso film de terror australiano en el que un grupo de adolescentes se arriesga a un juego mortal, y también con la serie Yellowjackets, por su retrato del trauma, la culpa y la delgada línea entre realidad y sugestión.
Un elenco sólido para una historia inquietante
La serie está liderada por Morgana O’Reilly (The White Lotus), quien interpreta a Joni Grey con una mezcla de vulnerabilidad, ambigüedad y determinación. La acompañan Rudi Dharmalingam (The Lazarus Project) como Jay Rajeswaran; Harriet Walter (Sensatez y sentimientos) como Pattie Grey; Chloe Brink (The Twelve) como Mina Grey; y Dan Spielman (The Code) como Peter Darling.
El reparto se completa con Celia Pacquola, Annie Maynard, Dominic Ona-Ariki y Peter Carroll, quienes aportan dimensión a una historia donde cada personaje parece cargar con secretos, tensiones familiares y verdades incómodas.

Qué dicen las críticas: atmósfera lograda, relato irregular
El juego de Gracie Darling está recibiendo críticas aceptables, aunque no unánimes. Leisure Byte señaló que la serie es “un misterio discretamente inquietante, con matices psicológicos que exploran bien la culpa y el trauma”, aunque remarcan que “requiere mayor profundidad tanto en los personajes como en las subtramas”. The Guardian fue más contundente: “Está bien interpretada pero, en general, resulta rancia y anticuada.”
Decider ofreció una visión intermedia: “Aunque tiene problemas de narración, los misterios paralelos del primer episodio definitivamente valen la pena y justifican seguir mirando.”

