«En junio de 2008”, responde con seguridad Miguel Romero (89 años) cuando Domingo le pregunta cuándo comenzó “con esto del atletismo”. Diecisiete años después, él y su esposa Alba Sampallo (a pocos meses de cumplir 91 años) conforman una de las parejas más longevas del atletismo local, ambos con medallas ganadas a nivel nacional e internacional y este año preparándose para competir en el Sudamericano de Santiago de Chile.
¿Por qué se acuerda tan bien de la fecha en la que todo comenzó? “Lo tengo claro porque salió un aviso chiquitito en El País donde decía que los veteranos que querían ir a la pista de atletismo tenían que anotarse en Asavur, que es la Asociación de Veteranos del Uruguay”, cuenta quien siempre había disfrutado de correr, pero nunca había pisado la pista del Parque Batlle.
Estuvo yendo un mes él solo hasta que un día le propuso a Alba que lo acompañara. “No conozco a nadie, ¿por qué no venís conmigo?”, le dijo a su esposa. Ella nunca había hecho gimnasia. “No me gustaba, había hecho un poco en el liceo y nada más”, confiesa. Aceptó la invitación y en julio ya eran dos.
Recuerdan que, en ese entonces, contaron con la guía de la profesora de educación física Graciela Hierro, con quien mantienen relación hasta hoy, que ya está jubilada. “Fue casi la única que nos dio siempre indicaciones”, coinciden sobre un sistema que creen que podría funcionar mejor siendo la Pista de Atletismo propiedad del Estado.
Por ejemplo, no entienden cómo se cobra su uso. Son $ 1.000 pesos mensuales o la mitad si se es mayor de 60 años o federado. Ellos cumplen ambas condiciones porque desde 2010 corren por el Club Nacional de Football.
Antes lo hacían por el Cavemont (Círculo de Atletas Veteranos de Montevideo), pero como ambos son hinchas y socios de Nacional (Miguel hace 72 años y Alba hace 66), en 2008 se les dio por averiguar si en el club de sus amores había atletismo. Primero les contestaron que había varios atletas corriendo por las de ellos, que si les interesaba podían reunirse y formar una comisión. No les pareció.
Un año después, estando en la Pista de Atletismo compitiendo, Miguel vio a un corredor con la camiseta de Nacional y le preguntó de dónde la había sacado. Resultó que la reunión se había realizado, había grupo. Ahí resolvieron sumarse ellos también.
Hoy participan todos los años del Campeonato Nacional, que se celebra en octubre, y lo mechan con alguna carrera o competencia local, pero solo para mantenerse en forma. Lo que sí los entusiasma mucho es competir en los torneos internacionales y en ese sentido guardan muy buenos recuerdos del XXI Campeonato Sudamericano de Atletismo Máster (Lima, Perú, 2023) y del Mundial de Porto Alegre (Brasil, 2013).
“Yo fui portabandera de Uruguay y estaba muy contenta. Pasaba la bandera por todos lados”, relata Alba, quien en Lima fue Medalla de Oro en 200 metros (récord con 66.19 segundos) y Bronce en 100 metros, mientras que Miguel se llevó el Bronce en 100 metros.
“Yo soy velocista, pero lo que me importa es llegar, no me interesa cuánto pongo”, afirma la corredora.
Aclaran que solo corren 100 y 200 metros en pista (Miguel llegó a tener una época de 400 metros), no les atraen las competencias de calle. “Para las carreras de calle tenés que tener resistencia; nosotros tenemos velocidad”, apunta Miguel, ahora aquejado de una artrosis de cadera que lo obliga a hacer menos que antes, pero que no le impidió ser el último campeón nacional en 100 metros.
Agregan que han competido en Buenos Aires, Rosario, Asunción y varias veces en Porto Alegre, entre otros destinos. Y en lo que respecta al Uruguay, Miguel confiesa que los han querido llevar para defender al departamento de Colonia.
Explican que a partir de los 35 años comienza la categoría oficial y desde ahí se va cambiando de categoría cada cinco años. Miguel está terminando la 85-89 y Alba está en los inicios de la 90-94.

Deporte y salud
“Hace un mes fui al médico, por control nomás, y me dijo que represento 10 años menos de los que tengo”, señala con orgullo Alba. Miguel, al que le gusta mucho leer los artículos médicos que se publican en el diario El País, hace referencia a dos que leyó recientemente que hablaban de la edad biológica y la edad cronológica. “Son dos cosas totalmente distintas”, aporta como queriendo explicar por qué ambos no aparentan para nada la edad que tienen. Y damos fe que es así.
“Además de hacer ejercicio, nos cuidamos, no tenemos estrés, no hacemos desarreglos con las comidas, no comemos con sal salvo la que llevan los alimentos, no comemos azúcar…”, comenta el corredor y su esposa acota: “Y acá estamos, la seguimos contando, como le gusta decir a Miguel”.
Se hacen un chequeo médico completo una vez por año y cada seis meses van al cardiólogo. Bromean con que ya han jubilado a tres especialistas del corazón. “El cuarto nos dijo que, por ahora, no se piensa retirar (risas), pero nos mandó hacer electro de fuerza, cosa que antes hacíamos esporádicamente”, apunta Miguel.
No dudan en afirmar que el secreto está en la actividad física, dentro de la cual incluyen el uso de los aparatos que les ofrece la propia Pista de Atletismo.

Foto: Francisco Flores.
Oro en el amor
Alba y Miguel están casados hace 55 años. Se conocieron en la Facultad de Medicina, ninguno terminó la carrera, pero los dos trabajaron en el área de la salud. Alba lo hizo en laboratorio, en análisis clínicos del Hospital Pasteur, del Centro Hospitalario Pereira Rossell y de la Asociación Española. Miguel, en tanto, estuvo 46 años en la industria farmacéutica, los 25 últimos en el laboratorio Pfizer. Ambos están jubilados desde hace más de 20 años.
Además del deporte, disfrutan de ir al teatro y al cine. “Hace tres semanas fuimos a ver En familia, de Florencio Sánchez, y en cine en su momento quisimos ver la ganadora del Oscar, pero ya la habían sacado de cartel, pero hemos visto varias. También nos miramos una película en Netflix por día, todas las noches antes de acostarnos”, relata Miguel y agrega que el fútbol o el básquetbol de Nacional prefieren verlos por televisión, aunque también asisten a algún partido.
A la Pista de Atletismo van dos veces por semana, alrededor de una hora y cuarto, incluso en invierno. Todos los gastos que tienen van por cuenta de ellos, que por suerte en su mayoría pueden afrontarlos. “Me acuerdo que hace años teníamos a un chico que corría, que iba a ser campeón de todo. El día que hubo que pagar la primera cuota, no vino más. Pensamos en pagársela, pero no volvió a aparecer”, se lamenta Alba y destaca que en su caso hay mucha gente que los ayuda en todo lo que tiene que ver con cómo inscribirse a competencias o información de próximos eventos. “Ahora se viene el Sudamericano de Santiago de Chile y ya dijimos que vamos a estar, que nos inscriban seguro”, concluyen con entusiasmo.
De Lima se trajeron medallas de oro y bronce
Alba y Miguel compiten todos los años en el Campeonato Nacional, donde son habituales ganadores. Pero también han salido al exterior y, en tal sentido, recuerdan con gran orgullo y cariño lo vivido en el XXI Campeonato Sudamericano de Atletismo Máster, disputado del 19 al 26 de noviembre de 2023 en Lima, Perú.
Allí Uruguay obtuvo 64 medallas, 29 de ellas de oro. La delegación celeste, conformada por 41 deportistas, logró una cosecha histórica que dejó al país en la quinta posición del medallero.
En esta oportunidad, Alba ganó el oro en 200 metros y el bronce en 100 metros, mientras Miguel obtuvo el bronce en 100 metros. Alba tuvo además la alegría de haber sido elegida abanderada uruguaya.
La pareja también había estado presente en el Mundial de 2013, en Porto Alegre (Brasil). Además, han salido a competir en Buenos Aires y Rosario (Argentina) y en Asunción (Paraguay).
Su próximo objetivo es el Sudamericano de Santiago de Chile, que se estará celebrando en noviembre de este año. Para ello se preparan yendo a entrenar dos veces por semana a la Pista de Atletismo del Parque Batlle, donde también hacen aparatos. Además de ejercitarse, les gusta mucho el ambiente que se vive, con muchas escuelas que visitan la pista y los grupos de atletas que se entrenan para las distintas competencias.
