Es la ciudad en la que Cesare Pavese descubrió la fatalidad y en la que Nietzsche perdió para siempre la cordura. La ciudad que se vio revestida por el refinamiento de los Saboya y que adoptó después el tono racionalista de la industria. La ciudad que alcanzó el liderazgo en la producción de automóviles pero que, finalmente, hizo de la cultura su más potente motor económico.
]]> Atrevida e inquieta, la capital del Piamonte italiano vive un proceso de perpetua innovación con una incansable agenda de planes culturales y gastronómicos