“Nunca olvidaré esa noche. Fue maravillosa”, escribió Tom Hardy sobre el día en que conoció a su perro Woody. Aunque haga Estragos en su nueva película de Netflix, quienes siguieron de cerca la carrera del actor saben muy bien que tiene un lado mucho más tierno y sensible que el de su personaje.
Ese lado “B” está estrechamente vinculado a su amor por los perros. Entre todos los cuadrúpedos que Hardy amó, Woodstock -cariñosamente llamado “Woody”- ocupa un lugar especial. Quizás tanto como el que ostenta Max, su anterior amigo canino.
Lo conoció mientras grababa Los ilegales, en 2012, y desde ese entonces forjó con él una amistad que no se rompió hasta 2017, cuando la muerte los separó.
Cuando no iba acompañado de su esposa de aquel entonces, el protagonista de Mad Max: Fury Road iba con Woody a alfombras rojas, programas de TV y rodajes. En algunos casos se presentaban los tres.
Todo terminó el 7 de junio de 2017, cuando el actor hizo una carta pública que devastó a sus fanáticos.
La noche en que Hardy conoció a Woody
Hardy divisó a Woodstock por primera vez mientras iba por una autopista en Atlanta, la ciudad en donde estaba grabando Los ilegales. Era de noche y el animal corría con fiereza a cada auto que se le cruzaba. En plena oscuridad.

Ante la duda, y para evitar que lo pisara un auto, Hardy bajó del vehículo y lo buscó con la linterna de su teléfono. Fue ahí cuando Woodstock lo chocó.
Pero la escena se repitió. Woodstock salió corriendo en busca de nuevos autos y camiones. Desesperado por no verlo morir arrollado, Hardy empezó a llamarlo con silbidos. Su alerta fue tan fuerte que “atravesó la oscuridad y detuvo al perro en seco”.
“Entonces se giró y me vio en un movimiento rápido, las orejas se voltearon y el perro decidió correr directo hacia mí en la oscuridad, todo destellos de dientes, gruñidos y chillidos”, escribió Hardy en su carta de despedida.
Woodstock le golpeó las piernas y se abalanzó hacia él. El actor pensó que lo iba a morder, pero el animal hizo todo lo contrario: lo reconoció en silencio y con temor. “Cuando volví al coche y me senté en mi asiento, él se echó en mi hombro y se quedó dormido. Y roncaba claramente, había pasado por mucho”.
“Nunca olvidaré esa noche. Fue maravillosa”.

A partir de entonces, Woody atravesaría la separación de Hardy y se haría conocido en todo Hollywood.
Así describe Hardy los sucesos en la vida de su perro: “Estuvo en muchos sets. Conoció a muchos equipos. Sesiones de fotos, estrenos, hizo muchos amigos, fue el animal # 73 más influyente en la revista TIME. Venció a JAWS. Algo que todos pensamos que era brillante. Ha estado en Peaky Blinders. Leyenda, todos los que lo conocieron lo amaban. No tenía un hueso malo en su cuerpo. Todo lo que conocía era el amor”.
La carta de despedida
El 7 de junio de 2017, Tom Hardy anunció la muerte de Woody.
Hardy, que “normalmente” no habla de su familia ni de sus amigos, sintió que la situación de Woody “es una circunstancia inusual” y que debía avisarles a sus seguidores la triste noticia.
“Woody afectó a tanta gente por derecho propio, así que con gran respeto a su autonomía y como un rostro familiar y amigable para muchos de ustedes, con gran tristeza y pesar les informo que, después de una durísima y corta batalla de seis meses contra una polimiositis agresiva, Woody falleció hace dos días”, escribió.
“Un ángel”, “Mejor amigo”, “Pasamos por mucho juntos”, “Estoy completamente destrozado”, “El mundo era un lugar mejor con él en él y a mi lado”, fueron algunas de las frases que expresó el inglés.

Y finalizó: “Woody fue el mejor compañero de viaje que jamás podríamos soñar tener. Nuestras almas se entrelazaron para siempre. Un amigo me dijo que era un hermano especial, un ejemplo brillante del mejor amigo del hombre. Él brilló con mucha intensidad, y quienes brillan con mucha intensidad a veces duran la mitad. Gracias , Woody, por elegirnos. Te amaremos y estaremos contigo, y tú con nosotros, para siempre. Nunca, nunca…”.