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El sur de Brasil fue escenario de una tragedia meteorológica sin precedentes este viernes, cuando un tornado de enorme intensidad arrasó la localidad de Rio Bonito do Iguaçu, en el estado de Paraná, dejando al menos cinco muertos y 432 heridos.
Según el Sistema de Tecnología y Monitoreo Ambiental de Paraná (SIMEPAR), los vientos alcanzaron velocidades estimadas entre 180 y 250 kilómetros por hora, lo que ubicaría al fenómeno entre las categorías F2 y F3 de la escala Fujita.
La Defensa Civil de Paraná informó que alrededor del 80% de la ciudad, de unos 14.000 habitantes, quedó destruida. Viviendas colapsadas, autos volcados, postes derribados y calles cubiertas de escombros conforman un panorama de devastación total. “Es un escenario de guerra”, declaró el coronel Fernando Schunig, director de Defensa Civil del estado, al portal G1.
“El daño es muy letal”, advirtió Defensa Civil
El impacto fue tan severo que los equipos de rescate aún buscan a dos personas desaparecidas, mientras que nueve heridos se encuentran en estado crítico y fueron trasladados a unidades de terapia intensiva.
“La posibilidad de que haya más víctimas es grande. Infelizmente, ese tornado golpeó el perímetro urbano de la ciudad, y cuando eso ocurre, el daño es muy letal”, explicó Schunig.
El gobernador de Paraná, Carlos Ratinho Junior, aseguró que las fuerzas de seguridad “están en alerta y movilizadas”, monitoreando las ciudades afectadas por el sistema de tormentas que se desplazó desde el sur de Brasil hacia el noreste argentino.
En tanto, el ministro de Integración y Desarrollo Regional de Brasil, Waldez Góes, confirmó que el gobierno federal trabaja bajo la orientación del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en planes de ayuda humanitaria, con envío de equipos y apoyo para la reconstrucción.
Alertas por tormentas severas en el sur de Brasil
El Instituto Nacional de Meteorología (INMET) mantiene para todo el fin de semana una alerta de “peligro por tempestades” en Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul, donde se esperan lluvias intensas, vientos fuertes y posible caída de granizo.
Desde comienzos de noviembre, al menos 14 municipios del estado de Paraná se encuentran en situación de emergencia por el impacto de lluvias, vendavales y tormentas eléctricas.
Autoridades locales recomiendan evitar traslados innecesarios y mantener medidas de precaución ante la persistencia de condiciones meteorológicas extremas.
El temporal también golpeó el sur y norte de Misiones
El mismo sistema de inestabilidad atmosférica que generó el tornado en Brasil se desplazó hacia el noreste argentino, provocando fuertes tormentas en el sur, centro y norte de Misiones durante la noche del viernes.
De acuerdo con los reportes de Defensa Civil, se registraron anegamientos, voladuras de techos, caída de árboles y cortes de energía eléctrica en varias localidades.
Los municipios más afectados fueron Campo Grande, 25 de Mayo y Colonia Alberdi, donde las ráfagas de viento provocaron daños estructurales y destrozos en viviendas.
En Campo Grande, los vientos derribaron árboles y afectaron casas ubicadas a la vera de la Ruta Provincial 8, mientras que en 25 de Mayo se registraron cortes de luz y destrucción parcial de techos.
El director de Defensa Civil de Misiones, Ricardo Koch, explicó que el fenómeno ingresó desde el norte de Corrientes, generando diferentes niveles de alerta en la provincia: naranja para el centro y sur, y amarilla para el norte.
Persisten las alertas y el monitoreo meteorológico
Las autoridades provinciales continúan con tareas de relevamiento y asistencia en las zonas afectadas, mientras se mantiene la vigilancia ante la posibilidad de nuevas tormentas durante el fin de semana.
El sistema de mal tiempo, asociado a un ciclón extratropical formado sobre el sur de Brasil, continúa desplazándose hacia el noreste, con potencial de generar precipitaciones intensas, granizo y ráfagas superiores a los 70 km/h en Misiones y regiones limítrofes.
Especialistas advierten que la recurrencia de estos fenómenos meteorológicos extremos responde a condiciones climáticas cada vez más inestables en el Cono Sur, impulsadas por el cambio climático y los patrones de humedad tropical que se intensifican durante la primavera.





