En la Escuela 789 se anunció el cierre de seis cursos: uno de turno mañana, uno de turno tarde y cuatro del turno vespertino.
La noticia del cierre de los dos cursos de primer año de los turnos mañana y tarde fue comunicada el mismo día en que se sorteaban los ingresantes 2026, dejando así afuera del ingreso a más de 40 familias que habían elegido la escuela como opción de estudio.
Esta medida fue tomada sin previo aviso de las y los docentes de la institución. Al enterarse, comenzaron a organizarse y a redactar una nota para elevar el reclamo a Supervisión con una junta de firmas, además de realizar carteles para visibilizar el conflicto.
Es importante recalcar que la Escuela 789 se destaca por su inclusión, y por eso no se comprende esta medida excluyente. Así lo señaló el grupo docente organizado.
El cierre de estos cursos no es un hecho aislado, está ligado a un plan sistemático del gobierno nacional y provincial para avanzar en la privatización de la educación pública. Desde hace tiempo que se viene atacando a la educación y a sus trabajadores. Los y las docentes cobran salarios de miseria por enseñar, y cuando reclaman son perseguidos con descuentos brutales que van de 100.000 a 300.000 pesos. Y ahora van por más el cierre de cursos deja sin horas a los docentes que las ocupaban.
Las familias eligen la educación pública muchas por opción y otras porque ya no pueden costear la educación de sus hijxs en escuelas privadas ante la crisis social y económica que genera el plan de Milei y Torres. Ante esta situación que genera más estudiantes en las escuelas públicas, en vez de abrir cursos y escuelas para mejorar la calidad de la educación del pueblo, el gobernador y el ministro de educación cierran cursos, atacan a los docentes y recortan el presupuesto a la educación pública para beneficiar con exenciones impositivas a las empresas (quita de regalías a las petroleras, por ejemplo) y pagar la deuda externa de la provincia.
Pero al no quedar en la escuela, el estudiante queda en un limbo hasta ser asignado a otra institución, que muchas veces está más lejos de su casa a comparación con su primera opción.
A esto se suma que el BECh (Boleto Estudiantil Chubutense) no garantiza la accesibilidad al transporte para el estudiante, sino que la limita, complicando asi ir a estudiar muy lejos del hogar.
Ante este escenario, los y las estudiantes debemos organizarnos junto a los trabajadores de la educación para defender nuestro derecho a una educación pública y de calidad, diciendo con fuerza ¡NO AL CIERRE DE LOS CURSOS!
Necesitamos impulsar asambleas para construir un plan de lucha y hacer retroceder esta medida de ataque. Los estudiantes debemos de organizarnos junto a nuestros docentes para poner un pare a los ataques hacia la educación!






