El 1 de septiembre de 2002, una avalancha en Bariloche se cobró la vida de nueve estudiantes de Educación Física. Dos décadas después, la memoria sigue viva con homenajes y programas de concientización.
El 1 de septiembre de 2002, la comunidad de Bariloche quedó marcada para siempre por la tragedia del Cerro Ventana, considerada la mayor catástrofe del andinismo argentino.
Una avalancha sorprendió a un grupo de estudiantes de la carrera de Educación Física del Centro Regional Universitario Bariloche (CRUB) mientras realizaban una actividad académica en la montaña, arrastrándolos con la fuerza de la nieve y provocando la muerte de nueve jóvenes.
El impacto fue devastador: familias y amigos atravesaron un dolor irreparable, los sobrevivientes y rescatistas sufrieron secuelas psicológicas, y las instituciones educativas y deportivas se vieron obligadas a revisar protocolos de seguridad en la práctica del montañismo.
Con el paso de los años, la tragedia impulsó también cambios positivos: programas de capacitación, mejoras en infraestructura y equipos, y una mayor conciencia sobre los riesgos de la montaña.
Cada aniversario, la comunidad de Bariloche recuerda a las víctimas con actos conmemorativos y homenajes, en los que se reflexiona sobre la importancia de respetar la naturaleza y priorizar la seguridad en toda actividad al aire libre.
La tragedia del Cerro Ventana dejó una cicatriz profunda, pero también un legado:
Respetar el entorno natural.
Priorizar la seguridad por encima de cualquier objetivo.
Contar con guías experimentados.
Estar preparados para emergencias en montaña.
A 23 años del hecho, el recuerdo de los jóvenes permanece como un llamado a la memoria y la prevención, para que el dolor se transforme en conciencia colectiva.