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La larga mano de la justicia argentina no tiene fronteras. Un hombre de 37 años, originario de la provincia de Santa Cruz y buscado desde 2019 por hurto de automotor, fue finalmente detenido en un operativo sigiloso en la localidad misionera de Wanda. La captura, coordinada por el Ministerio de Seguridad Nacional y ejecutada por la División Triple Frontera de la Policía Federal, puso fin a una búsqueda que se extendió por casi cuatro años, demostrando una vez más que huir no significa escapar.
De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, se pudo saber que todo comenzó con un oficio judicial emitido por el Juzgado de Instrucción y Penal Juvenil de Río Turbio, Santa Cruz, a cargo de Bettina Bustos. El documento, con firma de la secretaria Anabella Dionicio Arrellano, ordenaba la captura del individuo, quien había eludido a la justicia desde septiembre de 2019. La causa, por hurto de automotor, no era menor: en un país donde el robo de vehículos es un delito recurrente y con redes delictivas cada vez más sofisticadas, cada captura envía un mensaje claro.
Los federales no perdieron tiempo. Consultaron el Sistema Federal de Comunicaciones Policiales (SIFCOP) y confirmaron que el prófugo no solo seguía en la mira, sino que además pesaba sobre él un pedido de rebeldía vigente. El desafío era encontrarlo.
De Santa Cruz a Misiones
Con datos preliminares, los agentes iniciaron un trabajo de inteligencia y ciberpatrullaje que los llevó hasta el norte argentino. Wanda, conocida por sus yacimientos de piedras preciosas y su cercanía con Paraguay, se convirtió en el escenario final de esta búsqueda. El prófugo, lejos de su provincia natal, creyó que podía pasar desapercibido en el calor misionero. Pero la tecnología y la persistencia policial dijeron lo contrario.
Durante días, los efectivos realizaron vigilancia en el Barrio San Felipe 2, un área residencial donde el hombre había establecido su refugio. Finalmente, lo interceptaron en la vía pública, sin resistencia. La operación fue limpia, precisa y sin incidentes, tal como exigen los protocolos en estos casos.