Los clásicos se ganan. Y si no se pueden ganar, no hay que perderlos. Esa es una ley no escrita que en el fútbol argentino todos tratan de respetar a rajatabla. Y a eso se aferró Almirante Brown este domingo: perdía 1 a 0 ante Deportivo Morón, pero logró empatarlo y terminó aliviado en su debut en el torneo.
La tarde noche comenzó complicada para el conjunto de Fabián Nardozza. Porque el Gallo arrancó mucho más metido en el partido, ganando las pelotas divididas y llevando el juego al campo Mirasol. Sin demasiada claridad, pero generando algunas infracciones y tiros de esquina.
Y en uno de esos córner llegó la apertura del marcador. Franco Lorenzón, que había ingresado un rato antes por el lesionado Matías Cortave, aprovechó un quedó en la defensa aurinegra y pusó el 1 a 0 para el elenco visitante a los 25 minutos de la etapa inicial.
A remar desde atrás
El gol de Morón significó un fuerte impacto para Almirante. Durante un tiempo pareció no encontrar respuesta a ese contratiempo. Y la etapa inicial terminó yéndose con un Gallo jugando con tranquilidad y un Brown sin mostrar atisbos de reacción.
Pero en el complemento, el equipo de Nardozza salió decidido a buscar el empate. Sin muchas ideas, pero empujado por el aliento de su gente, comenzó a empujar al elenco de Walter Otta conta su arco. Y a los 17 minutos del complemento tuvo su recompensa cuando Santiago Vera aprovechó un muy buen centro de Diego García para establecer el 1-1.
Siempre vos, Pomelo. 💪🏽🔥 pic.twitter.com/BygiqPG4qL
— Club Almirante Brown (@Club_AlteBrown) February 9, 2025
Luego de ese tanto, se esperaba que el Mirasol acelerara para terminar de dar vuelta el marcador. Pero de a poco comenzó a quedarse sin energía. Primero porque, dos minutos después del gol de Pomelo, se fueron expulsados Natán Acosta y Jonathan Berón en el visitante y el DT tuvo que reacomodar el equipo.
Y luego porque, con el paso de los minutos, esa ley no escrita en el fútbol argentino comenzó a corporizarse en Isidro Casanova: “los clásicos se ganan, pero si no se pueden ganar, no hay que perderlos”.
El final, entonces, dejó a todos bastante conformes. Morón logró sacar un buen punto como visitante. Y Almirante, que había arrancado perdiendo, logró igualarlo y se salvó de iniciar el campeonato con una derrota dolorosa.
El público aurinegro, en tanto, se retiró con una mezcla de alivio y resignación. Pero con la satisfacción de haber armado una gran fiesta en el primer partido del año, en el que el Fragata Sarmiento volvió a lucir como en sus mejores jornadas, con sus socios e hinchas alentando durante los noventa minutos. E ilusionados con volver a ver a un equipo que sea protagonista y pelee bien arriba.