Después de días de intensa búsqueda internacional, Matías Agustín Ozorio ya está en la Argentina. El joven, señalado como la mano derecha de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, fue expulsado de Perú y llegó el jueves por la noche al país, donde quedó a disposición de las autoridades nacionales por el triple femicidio de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, cometido en una vivienda de Florencio Varela.
El operativo fue coordinado por Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) y efectivos de la Policía Bonaerense, quienes viajaron en un avión de la Fuerza Aérea hasta Lima. Cerca de las 23:07, la aeronave aterrizó en el aeropuerto de El Palomar, donde Ozorio descendió con las manos atadas y una actitud serena y resignada. Desde allí fue trasladado por la DDI de La Matanza y posteriormente derivado en helicóptero hacia Puerta 12, bajo estrictas medidas de seguridad.

Qué rol habría tenido Matías Ozorio en el crimen
De acuerdo con los investigadores, existen certezas de que Ozorio estuvo en la vivienda de Villa Vatteone el día de los asesinatos. Su función, según la hipótesis principal, habría sido asegurar la ejecución del plan junto a otros integrantes de la organización.
También lo ubican dentro del Volkswagen Fox que conducía Víctor Sotacuro Lázaro, detenido en Bolivia durante un intento de fuga. En ese vehículo viajaba además Florencia Ibáñez, sobrina del remisero y séptima detenida en la causa.
El fiscal de Homicidios de La Matanza, Carlos Adrián Arribas, confirmó que Ozorio será indagado este viernes por la mañana. “Por ahora está como coautor. Es todo materia de investigación, hay secreto de sumario en la causa”, señaló en diálogo con TN. Y agregó: “Es una audiencia importante porque vamos a sacar información clave”, en referencia también a la apertura de los celulares incautados, que se realizará en paralelo.
La situación judicial y los próximos pasos
Ozorio enfrenta una imputación por homicidio agravado con alevosía, ensañamiento y violencia de género en concurso premeditado de tres hechos, lo que lo convierte en uno de los principales acusados del crimen.

Su expulsión de Perú fue más rápida que la de Pequeño J porque no tenía causas abiertas en ese país. En Lima, el propio ministro del Interior peruano, Carlos Malaver, supervisó la entrega. “Si bien es cierto que no vamos a devolverle la vida a estas tres jóvenes, sí quisiéramos colaborar y dar un pequeño bálsamo a ese gran dolor que deben estar sufriendo los familiares”, expresó en conferencia de prensa.
Por el momento, la causa seguirá bajo la órbita de la Justicia de La Matanza. El fiscal Arribas remarcó que no busca retenerla de manera arbitraria: “Solamente estoy investigando. Es parte de la causa establecer si ‘Pequeño J’ es parte de algo más grande. No sé si el techo de la organización termina en él”.
La investigación continúa con al menos dos prófugos que todavía no fueron identificados públicamente. Mientras tanto, las familias de Brenda, Morena y Lara siguen esperando que se esclarezcan todos los responsables de un crimen que la Justicia caratuló como “homicidio con características que no se ven a menudo”.