Como bien había indicado el ministro de seguridad bonaerense, Javier Alonso, más allá de los cuatro detenidos iniciales, hay sospechas de “una trama más grande” con autores materiales e intelectuales todavía sin identificar.
En las últimas horas, además de los imputados por el homicidio agravado de Morena Verri (20), Brenda Del Castillo (20) y Lara Gutiérrez (15), se habría identificado al presunto autor intelectual del horror en Florencio Varela. Se trata de «Julito», un joven peruano de 23 años también apodado Pequeño Jota.

Las pistas tras los pasos de Pequeño Jota
Según fuentes judiciales consultadas por Infobae se trataría de un presunto narcotraficante que opera en la villa 1-11-14. Eso sí: la persona de nacionalidad peruana que vivía en Villa Zavaleta, según otras fuentes, no sería un capo narco sino más bien un vendedor dedicado al narcomenudeo. Así lo indicó el periodista Pampa Mónaco en Mujeres Argentinas (eltrece).
A Pequeño Jota se lo acusa de haber ideado el plan, ordenado el secuestro de las jóvenes y filmado las torturas, pero no estuvo presente en el momento de los hechos. “Se tardaron un poco en ir a buscarlo y eso le dio tiempo para escapar. Tal vez ni siquiera esté en el país”, explicó Mónaco acerca de los allanamientos que tuvieron lugar en Villa Zavaleta.
Los investigadores subrayan que “Julito” buscaba imitar el perfil de los capos narcos que aparecen en series y películas, con un estilo ostentoso y cargado de gestos de poder. Pero en la práctica, remarcan, su estructura era rudimentaria y desprolija. «Un criminal con una organización sólida jamás habría dejado huellas tan evidentes en un hecho de esta magnitud”, advirtieron fuentes policiales.

Según informó Mercedes Ninci al aire de Radio Mitre, Pequeño Jota habría mantenido una relación con Lara Gutiérrez.
Mientras tanto, la Justicia mantiene un operativo en marcha para dar con su paradero. El caso sigue alimentando la conmoción social y multiplicando los reclamos de justicia por Morena, Brenda y Lara, las tres jóvenes asesinadas con brutalidad. Según el ministro de seguridad, las torturas previas al asesinato fueron registradas en vivo y transmitidas en TikTok, una decisión que respondió a una lógica de disciplinamiento.
En particular, uno de los detenidos admitió que el homicidio fue difundido en vivo para enviar un mensaje. “Esto le pasa al que me roba droga” fue la frase adjudicada al autor principal durante la sesión privada de tortura en la app china, a la que se conectaron 45 personas.
Los detalles desgarradores de la autopsia
A Lara, de 15 años, le amputaron los cinco dedos de la mano izquierda antes de matarla, recibió quemaduras compatibles con cigarrillos y una herida en el cuello que comprometió la arteria carótida.
A Brenda se le halló una fractura de cráneo y heridas punzocortantes en el cuello; también un corte transversal que le abrió el abdomen (realizado posiblemente post mortem)
Morena presentaba múltiples golpes, luxación cervical y signos de violencia en el rostro antes de morir.
Los informes forenses señalan que muchas de esas lesiones fueron infligidas en vida, lo que refuerza la hipótesis de un tormento prolongado antes del asesinato.
La última vez que las vieron, la trampa y las pistas que quedaron: cronología de los hechos
Subida a la camioneta: el punto de partida
Según reconstrucciones oficiales, las jóvenes fueron vistas por última vez entre las 21:30 y 22:00 del viernes, cuando subieron a una camioneta blanca (marca Tracker) en la rotonda de La Tablada, frente a estaciones de servicio, en La Matanza.
Una cámara de vigilancia captó ese momento: Morena, Brenda y Lara ingresan al vehículo. Esa fue la última imagen de ellas con vida hasta que la causa empezara a dibujarse con pistas forenses.
La trampa: la invitación que ocultaba muerte
El móvil que más fuerza tiene es que las jóvenes fueron engañadas con la promesa de participar de una fiesta sexual o evento, por lo que se les ofrecería dinero (alrededor de 300 dólares), algo que despertó su interés. Quienes las citaban no anticiparon que estaban planeando una emboscada.
Según Alonso, los perpetradores –miembros de la banda narcocriminal– habían preparado la escena con antelación: cavaron pozos donde enterrarían los cuerpos, acondicionaron la vivienda y manipularon rutas para dificultar la identificación del recorrido.
El recorrido y la identificación de la casa
La investigación logró reconstruir el trayecto que habría seguido la camioneta: salió de La Matanza, pasó por Lomas de Zamora, cruzó por Florencio Varela, hasta llegar finalmente a la casa donde ocurrió el crimen. Esa vivienda estaba alquilada, se encontró con manchas hepáticas (sangre), presencia de cloro u otros productos de limpieza para borrar huellas, y tierra removida en el fondo.
Luego del allanamiento, durante la madrugada del miércoles, los cuerpos fueron hallados enterrados en esa casa; los restos aparecieron bajo tierra removida.