Trump afirma que la escalada de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, colocó a América Latina en una encrucijada geopolítica que impulsa a la elección de un bando. Las políticas arancelarias impuestas por Washington, sumadas a una ofensiva diplomática para contrarrestar la influencia china, están forzando a los países latinoamericanos a reconsiderar sus alianzas económicas y estratégicas con Trump o Xi Jinping.

Recientemente, el presidente estadounidense impuso aranceles del 145% a las importaciones chinas, una medida que, según la Organización Mundial del Comercio (OMC), podría provocar una caída del 0,2% en el comercio global de bienes en 2025. La OMC también advierte que esta cifra podría empeorar si se implementan aranceles adicionales, afectando especialmente a las economías más vulnerables.
Trump y Xi Jinping compiten por la influencia latinoamericana
En paralelo, Estados Unidos intensificó su presencia diplomática en la región. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, visitó Argentina para expresar su apoyo a las reformas económicas del presidente Javier Milei y para instar al país a reducir su dependencia del financiamiento chino. Bessent criticó los acuerdos de préstamo de China en América Latina, calificándolos de “depredadores” y advirtiendo sobre el riesgo de endeudamiento excesivo.
Sin embargo, la influencia de China en América Latina sigue siendo significativa y ascendente. A través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, Pekín ya financió proyectos de infraestructura clave, como el puerto de Chancay en Perú y el metro de Bogotá. Además, China profundizó sus lazos comerciales con países como Brasil y Argentina, convirtiéndose en su principal socio comercial en varios casos.
La región se encuentra en una compleja situación
Frente a este escenario, la respuesta de los países latinoamericanos resulto ser diversa. México y Brasil anunciaron planes para fortalecer sus relaciones comerciales bilaterales, buscando reducir su exposición a las políticas comerciales volátiles de Estados Unidos. Por otro lado, Panamá se convirtió en el primer país de la región en retirarse de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, en un movimiento interpretado como una señal de alineamiento con Washington.

Expertos señalan que la región enfrenta una decisión compleja. “Es probable que el camino a seguir sea más accidentado que el de las últimas dos décadas”, afirmó Matias Spektor, profesor de relaciones internacionales en la Fundación Getulio Vargas en São Paulo. La necesidad de equilibrar las relaciones con ambas potencias, sin comprometer su soberanía ni su desarrollo económico, será un desafío clave para América Latina en los próximos años.
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