Si bien tanto el secretario del Tesoro norteamericano Scott Bessent como el ministro de Economía Luis Caputo señalaron que no habrá condicionamientos para el megapréstamo de Estados Unidos a Argentina, se descuenta que el Gobierno de Javier Milei deberá hacer ciertas concesiones.
Y uno de los puntos más importantes sería –anticipan expertos- poner bajo revisión algunos acuerdos o instalaciones de China en territorio argentino. En ese combo entrarían la base china en Neuquén y una antena que se está terminando de montar en San Juan.
Aunque si bien no hay confirmaciones al respecto, serían algunas de las condiciones que plantea la administración de Donald Trump a Javier Milei para que el respaldo expresado en los últimos días se materialice en forma de un megapréstamo millonario.
Donald Trump quiere que se desinstale la base china en Neuquén
Como parte de los términos de geopolítica, la potencia norteamericana podría incluir en la negociación con la gestión que encabeza Milei un pedido para que China desinstale su base de seguimiento espacial ubicada en Bajada del Agrio, en la provincia de Neuquén.
Esa solicitud ya fue acercada a la Argentina a través del almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, quien este año concretó dos reuniones con autoridades del Ministerio de Defensa y el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas nacionales.
En ese marco, expuso iProfesional, Holsey cargó directamente contra la presencia china en la Patagonia y volvió a solicitar la reactivación de un radar de alta potencia que, instalado en Tierra del Fuego, se presume opera bajo control de capitales británicos.
Esa demanda se ubica entre los pedidos que la gestión que encabeza Donald Trump ha realizado con insistencia en el último tiempo. En su visita más reciente, Holsey tomó parte de la Conferencia Sudamericana de Defensa (SOUTHDEC), que en los últimos días de agosto reunió a autoridades militares de todo el continente y representantes de organismos europeos.
En ese contexto, el militar declaró: «Estamos viendo una incursión metódica del Partido Comunista Chino en la región. Buscan exportar su modelo autoritario, extraer recursos valiosos y establecer infraestructura que podría tener un uso dual, desde puertos hasta instalaciones espaciales».
«Esa presencia tiene consecuencias estratégicas, especialmente en el Cono Sur, donde puntos clave como el Estrecho de Magallanes y el Paso Drake podrían ser utilizados para proyectar poder, interrumpir el comercio o desafiar la soberanía regional», añadió.
Por su parte, el subsecretario de Defensa de Estados Unidos, Roosevelt Ditlevson, dijo en el mismo espacio que la potencia no busca «una guerra con China, pero estamos decididos a disuadir sus amenazas en esta región».
El Gobierno evalúa suspender la inauguración de una antena China en San Juan
Por otra parte, incluso antes de este respaldo, en la Casa Rosada ya analizaban la posibilidad de postergar la inauguración del Radiotelescopio Chino-Argentino (CART), una antena de gran porte proyectada en Calingasta, San Juan, cuya apertura estaba prevista para 2026.
La revisión de este plan responde a las advertencias del Comando Sur de Estados Unidos, que advirtió sobre el «posible uso dual del equipamiento y riesgos asociados al espionaje».
Durante su paso por Buenos Aires, el almirante Alvin Holsey manifestó inquietud por la expansión de la presencia china en América Latina y el valor estratégico de ciertas infraestructuras tecnológicas. Frente a esas declaraciones, el ministro de Defensa, Luis Petri, ratificó que la Argentina mantendrá su alineamiento con Washington y que se buscará «avanzar en una modernización militar basada en esa cooperación».
El desarrollo del CART comenzó en 2015, como resultado de un trabajo conjunto entre el Conicet y organismos científicos chinos. El proyecto contempla la construcción de una antena de 40 metros de diámetro, con pruebas previstas hacia fines de 2025.
No obstante, desde el Gobierno señalaron que el presidente Javier Milei reclama garantías sobre su utilización con fines estrictamente científicos antes de renovar el convenio bilateral. Esa cautela se vincula también con las sospechas que en su momento rodearon a la estación espacial china en Neuquén.
En paralelo, la administración ya resolvió no avanzar con la central nuclear Atucha III, que iba a financiarse con capital chino. En su lugar, firmó un acuerdo para retomar las represas en Santa Cruz, aunque bajo condiciones modificadas.
El futuro del radiotelescopio en Calingasta todavía está en evaluación. Mientras tanto, el Ejecutivo pidió formalmente a Pekín detalles sobre su funcionamiento, los objetivos que persigue y el alcance real de la antena.
El papel estratégico de las estaciones chinas en Argentina
Las estaciones terrestres se han transformado en un elemento central de la infraestructura espacial de China. Gracias a estas instalaciones, el país puede controlar satélites en tiempo real, minimizar retrasos en la transmisión de datos y ampliar la cobertura geoespacial. Con ello, aumenta su capacidad para recolectar información a larga distancia y potencia la eficacia en operaciones militares de alta complejidad.
En los últimos años, Pekín llevó a cabo ensayos con tecnología hipersónica -en 2021 y 2023- y en 2024 probó un misil balístico intercontinental con destino al Pacífico. Estos avances reflejan la consolidación de una red de teledetección que depende, en gran medida, de las estaciones terrestres para funcionar.
En este entramado cobra relevancia la estación espacial que China gestiona en la provincia de Neuquén, considerada un punto estratégico de la red global. Su importancia se evidenció en diciembre de 2020, cuando brindó apoyo en el seguimiento del retorno de la misión lunar Chang’e-5. La operación de reingreso fue posible gracias a los datos de telemetría y los cálculos orbitales suministrados por la base neuquina, que suplió la falta de infraestructura china en el exterior para ese tipo de tareas.
Aunque el propósito oficial de la estación es de carácter científico, distintos expertos remarcan que sus capacidades podrían tener un uso dual. La exactitud alcanzada en la determinación de trayectorias no solo resulta útil para misiones espaciales, sino también para el desarrollo de sistemas hipersónicos de ataque, lo que subraya el valor estratégico de esta instalación dentro de la proyección internacional de China.
Estados Unidos y el interés por instalar una base en Ushuaia
A la par de esta situación, y tal como publicó iProfesional en mayo pasado, Estados Unidos también mantiene la intención de promover la eventual instalación en Tierra del Fuego de una base de submarinos nucleares al servicio de la armada de ese país. La iniciativa, expuesta a funcionarios de la Casa Rosada por el mismo Holsey en su primera visita de este año, rápidamente cosechó todo tipo de rechazos en territorio fueguino.
Según reconocen fuentes ligadas al gobierno de esa provincia, la solicitud de establecer un atracadero para los sumergibles estadounidenses se ubica dentro del plan general de consolidar una base integrada en Ushuaia.
En Tierra del Fuego afirman que la posibilidad de que los submarinos estadounidenses operen desde ese distrito se corresponde con la idea norteamericana de consolidar su presencia militar en el Atlántico Sur y la Antártida. Y que ese precepto se ajusta a la estrategia de Donald Trump de reducir al mínimo la influencia de China en esta parte del mundo.