Política / 25 de septiembre de 2025
La peligrosa información errónea del presidente sobre Tylenol es solo la última amenaza que este gobierno plantea para la mortalidad infantil y materna.

Donald Trump Robert F. Kennedy Jr. en la sala Roosevelt de la Casa Blanca el lunes 22 de septiembre de 2025.
(Francis Chung / Politico / Bloomberg a través de Getty Images)
En agosto de 2025, el Departamento de Salud del Estado de Mississippi (MSDH) declaró que la creciente mortalidad infantil en el estado una emergencia de salud pública. Según el MSDH«Los datos 2024 muestran que la tasa general de mortalidad infantil ha aumentado a 9.7 muertes por cada 1,000 nacimientos vivos, que es el más alto en más de una década. En Mississippi, 3,527 bebés han muerto antes de la edad de 1 años desde 2014».
Mississippi actualmente tiene la tasa de mortalidad infantil más alta en los Estados Unidos, y duplicar el promedio de los países que comprende la organización para la cooperación y el desarrollo económico. El MSDH dijo que declaró una emergencia de salud pública porque «reconoció la urgencia de esta crisis y no podía esperar para tomar medidas». Una emergencia de salud pública permite a MSDH movilizar recursos adicionales y atraer la atención y la colaboración de más socios. Es un grito en el desierto, diciendo la verdad sobre el destino de los niños no solo en Mississippi sino en muchos otros estados de todo el país con altas tasas de mortalidad infantil, como Arkansas, Alabama, Alaska, Carolina del Sur, Louisiana, Oklahoma y Ohio.
Pero los profesionales de la salud pública en Mississippi y en otros lugares se enfrentan a una batalla cuesta arriba, porque las políticas estatales y federales están haciendo que su trabajo sea casi imposible. Por ejemplo, la expansión de Medicaid es un herramienta poderosa para mejorar la mortalidad infantilpero el gobernador de Mississippi, Tate Reeves se negó a expandir Medicaidque cubre el 60 por ciento de los nacimientos en el estado. Incluso con una extensión de la atención posparto bajo Medicaid en Mississippi hasta un año, muchas mujeres pobres permanecerán sin seguro entre los embarazos.
Además, los recortes a Medicaid en el gran proyecto de ley de Trump también se irán hasta 40,000 mississippianos más sin cobertura. Y la administración Trump ha casi destruido El Sistema de Monitoreo de la Evaluación del Riesgo del Embarazo (PRAM) mediante la altura del personal de la División de Salud Reproductiva de los Centros para el Control y la Prevención de la Prevención. Los PRAM es vital para recopilar datos sobre la salud materna e infantil antes, durante y después del embarazo. También da forma a políticas e intervenciones para los estados de todo el país, incluido Mississippi, que ha tenido que suspender sus propios esfuerzos de recopilación de datos en medio de su emergencia de salud pública.
Aunque al Partido Republicano le gusta considerarse a sí mismo en la familia, los datos de mortalidad materna e infantil en los Estados Unidos dicen una historia diferente. Las políticas promulgadas por las legislaturas estatales republicanas contribuyen fuertemente a los pobres materno y salud infantil Resultados en estas jurisdicciones.
Esto ha sido cierto durante mucho tiempo. Pero la guerra de Trump contra la salud pública está empeorando las cosas, mucho más rápidamente. Muchos en salud pública han estado tambaleándose por los ataques contra la vacunación por RFK Jr. y sus compinches, como lo demuestran su negativa a recomendar la vacunación covid para personas embarazadas y bebés este verano. La semana pasada, el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) de RFK Jr. (ACIP) sembró la información errónea y las dudas sobre la vacuna combinada de sarampión, paperas, rubéola y varicela (varicela), y estaba preparada para entrometerse con la vacunación infantil para la hepatitis B también, conduciendo, al mismo tiempo que conduce, condicionando. Muchas sociedades médicas para romper con ACIP una vez más.
Pero nadie estaba preparado para el doble golpe de la conferencia de prensa de Gonzo de esta semana en la Casa Blanca, donde el presidente Trump hizo afirmaciones falsas sobre vacunas y acetaminofén causando autismo. Como el eminente bioeticista Arthur Caplan ha dicho:
El anuncio sobre el autismo fue la muestra más triste de falta de evidencia, rumores, viejos mitos reciclados, consejos pésimos, mentiras directas y recomendaciones peligrosas de cualquier persona con autoridad en el mundo que afirme saber algo sobre la ciencia que he presenciado. Y eso es decir algo, ya que tengo 76 años. Entre otras cosas, vi a Trump Gurgle acerca de tomarle lejía durante Covid.
Las vacunas no causan autismo. Mientras El caso de acetaminofén es más complicadolos datos más convincentes sugieren que no hay asociación. En particular, mientras que algunos estudios han demostrado una asociación, la genética u otros factores de confusión podría sesgar estos resultados. Para abordar este posible sesgo, un gran estudio sueco de cerca de 2.5 millones de niños usó controles de hermanos para abordar el papel de la genética y la salud de los padres, y descubrió que la relación entre el uso prenatal de acetaminofeno y el autismo desapareció.
Por lo tanto, las declaraciones del presidente Trump y las acciones que tomará para desalentar el uso de acetaminofén en el embarazo son irresponsables en el mejor de los casos y peligrosas en el peor. ¿Por qué? Porque «La fiebre no tratada, especialmente en los primeros tres meses de embarazo, aumenta el riesgo de aborto espontáneo, defectos de nacimiento y parto prematuro» y drogas antiinflamatorias no esteroideas (por ejemplo, aspirina, ibuprofeno y naproxeno) en el embarazo presente riesgos bien documentados para el feto en desarrollo. Por lo tanto, el acetaminofeno es la opción más segura para las personas embarazadas en el contexto de fiebre y dolor, como Las sociedades médicas fueron rápidas señalar en sus correcciones de las declaraciones de erupción del presidente.
Si bien las políticas previas del Partido Republicano han en peligro la salud materna e infantil, RFK Jr. y el presidente Trump seguramente superarán a Herodes en sus contribuciones a la mortalidad infantil en los Estados Unidos. Estos dos hombres, desde sus ataques contra la vacunación, ahora sus ataques contra una droga clave utilizada en el embarazo, hasta su desmantelamiento de programas clave que nos ayudan a comprender los riesgos y complicaciones del embarazo en Estados Unidos a los programas que sirven a las expectantes madres y su salud y la salud de sus hijos, están siendo una masacre moderna de los inocentes que deberían repostarnos y presentarnos a todos.
No dejes que JD Vance silencie nuestro periodismo independiente
El 15 de septiembre, el vicepresidente JD Vance atacó La nación Mientras aloja El espectáculo de Charlie Kirk.
En un clip visto millones de veces, Vance señaló La nación En un perro silban a sus seguidores de extrema derecha. Como era de esperar, siguió un torrente de abuso.
A lo largo de nuestros 160 años de publicación de periodismo feroz e independiente, hemos operado con la creencia de que la disidencia es la forma más alta de patriotismo. Hemos sido criticados por los titulares de oficinas demócratas y republicanos, y nos complace que la Casa Blanca esté leyendo La nación. Mientras Vance sea libre de criticarnos y somos libres de criticarlo, el experimento estadounidense continuará como debería.
Para corregir el registro de las falsas afirmaciones de Vance sobre la fuente de nuestra financiación: La nación Es orgulloso apoyado por los lectores por progresistas como usted que apoyan el periodismo independiente y no se sentirán intimidados por los que están en el poder.
Los funcionarios de la administración de Vance y Trump también establecieron sus planes de represión generalizada contra grupos progresivos. En lugar de pedir la curación nacional, la administración está utilizando la muerte de Kirk como pretexto para un ataque concertado a los enemigos de Trump a la izquierda.
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Presidente, La nación
Gregg Gonsalves
Nación El corresponsal de salud pública Gregg Gonsalves es el codirector de la Asociación Global de Justicia de la Salud y profesor asociado de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Yale.