El insólito hallazgo ocurrió en un control de Aduana y SAG en la frontera. El hueso pertenecía a una ballena franca austral, especie protegida a nivel internacional.
Un insólito procedimiento protagonizaron funcionarios de la Aduana de Osorno junto al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) en el paso internacional Cardenal Samoré. Durante un control rutinario, detectaron en el interior de un vehículo una costilla de ballena franca austral de dos metros de largo, que no había sido declarada por el conductor.
El automóvil, conducido por un ciudadano chileno y con destino a Puerto Montt, había salido desde Argentina. Durante la revisión exhaustiva, los agentes fronterizos se sorprendieron al encontrar la enorme osamenta, que fue decomisada de inmediato por contravenir la normativa vigente.
El turista explicó que había hallado el hueso en una playa argentina y que lo trasladaba debido a su afición como coleccionista de restos marinos. Sin embargo, su accionar infringía la Ley N° 20.962, que incorpora la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en la legislación chilena.
La administradora de la Aduana de Osorno, Olga Oyarzo, destacó la importancia del operativo:
“Este tipo de actuaciones son fundamentales para proteger la flora y fauna, no sólo de Chile, sino del mundo. Al incautar estas mercancías evitamos un eventual contrabando y damos cumplimiento a los tratados internacionales, resguardando el patrimonio natural que nos corresponde cuidar”.
El hueso quedó bajo custodia de Aduana y será entregado a Sernapesca, que confirmó que se trata de una ballena franca austral, especie protegida a nivel internacional.
Además, en el mismo procedimiento se incautaron 2,7 kilos de carne de distintos tipos, prohibidos de ingresar a Chile por razones sanitarias.
El caso ya fue derivado al Departamento Jurídico de la Administración de Aduanas de Osorno, que iniciará las acciones legales correspondientes para aplicar las sanciones previstas por la legislación vigente.