PENÍNSULA VALDÉS, Argentina (AP) — La temporada alta de avistamiento de ballenas francas australes en la Patagonia argentina estuvo marcada este año por un aumento de la población de los cetáceos. Los turistas de todo el mundo se embarcaron para verlas de cerca o las observaron desde la playa, emocionándose con sus piruetas.
“He visto ballenas en Canadá y en California, pero esta fue la mejor y probablemente la mayor cantidad de ballenas que he visto en mi vida”, contó este pasado fin de semana a The Associated Press Tino Ventz, un turista alemán que paseaba con su novia por la Península Valdés, situada en la provincia patagónica de Chubut.
Ese lugar, de importancia mundial para la conservación de mamíferos marinos, albergó una importante población reproductora de la ballena franca austral, así como elefantes y leones marinos del sur.
La ballena franca austral fue casi exterminada por expediciones de caza hasta el siglo pasado. Se estimó que antes de que comenzara esta cacería masiva, la población de ballenas en aguas australes rondaba los 100.000 individuos, pero la población fue diezmada reduciéndose a unos 600. Desde entonces, se vino recuperando lentamente, llegando hoy aproximadamente a 4.700 ejemplares en la zona de la Península Valdés.
La temporada de avistamiento de ballenas en Argentina alcanzó su punto máximo entre agosto y septiembre. Este año se observaron más de 2.000 ejemplares, aunque la cifra real es mayor, según científicos.
Ventz, de 24 años, y su pareja se embarcaron junto a la argentina Andrea Delfino y sus hijos, quienes estuvieron emocionados tras ver 20 saltos de un mismo ballenato, “algo que no es común”.
El viento del sur activó más a los cetáceos, que saltaron muy cerca de las embarcaciones, ofreciendo un espectáculo que emociona para siempre a quienes lo presencian.
Otros turistas prefirieron observar a los cetáceos desde la costa, como suele realizarse este tipo de avistamientos en Brasil o Uruguay.
Pedro Pintos, de paseo con su novia Catalina, destacó el hecho de ver las ballenas “en su estado natural” tras caminar la playa de punta a punta, mientras que Agustina Guidolín cumplió su sueño de ver “la inmensidad que bordea lo mágico con lo salvaje”. Los visitantes estuvieron en el Parque El Doradillo, un área natural protegida en Puerto Madryn, donde las ballenas tienen a sus crías muy cerca de la costa.
Además de la Península Valdés y otros puntos de la Patagonia, el recorrido de las ballenas orilla el este uruguayo y el sureste brasileño.
Santiago Fernández, biólogo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), participó en un proyecto que desde 1999 realizó entre 2 y 3 vuelos al año sobre 640 kilómetros de costa patagónica, llevando a cabo un censo que este año registró 2.100 ballenas, de las cuales 863 son madres con sus crías y el resto individuos solitarios.
“Estamos subestimando la cantidad de individuos que hay en la zona”, acotó el biólogo sobre el censo que constituía una foto del momento, ya que las ballenas entran y salen de la misma área a medida que migran.
Fernández indicó que en 1999 “se contabilizaban 500 ballenas en ese mismo recorrido” y “actualmente estamos en un 3% de crecimiento anual”.
También explicó que el proyecto “Siguiendo ballenas”, de distintas organizaciones nacionales e internacionales, realiza un seguimiento de varios ejemplares con telemetría satelital dentro de los golfos San Matías, al norte, y San Jorge, al sur, así como aguas más allá, con el fin de conocer sus rutas.
De ese segundo proyecto, que comenzó en el 2014, se aprendió que una vez que las crías crecen, las adultas las llevan agua adentro de los golfos, siendo estos ejemplares que no entran en el censo aéreo.
El alza de la tasa poblacional provocó un desplazamiento —sobre todo de individuos juveniles y madres que ya tuvieron sus crías— hacia los golfos de San Matías o San Jorge, e incluso hasta la costa de Buenos Aires.
La diáspora también expone a las ballenas a riesgos causados por la actividad humana, como las redes de pesca o las hélices de embarcaciones, según comprobaron los investigadores a partir de las heridas sufridas por ejemplares que no lograron regresar a la Antártida durante el fin y comienzo del ciclo natural.
Lectura rápida
¿Qué evento atrae a turistas este año? Este año, la temporada alta de avistamiento de ballenas francas australes en la Patagonia argentina tuvo un aumento de la población de cetáceos.
¿Quiénes son algunos de los turistas mencionados? Tino Ventz, un turista alemán, y Pedro Pintos, quien visitó junto a su novia.
¿Cuándo se observa la mayor cantidad de ballenas? La temporada de avistamiento alcanza su máximo entre agosto y septiembre.
¿Dónde se está llevando a cabo el avistamiento? Principalmente en la Península Valdés y el Parque El Doradillo.
¿Cómo ha cambiado la población de ballenas? La población ha aumentado de unos 600 en el pasado a aproximadamente 4.700 ejemplares hoy.
