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jueves, junio 26, 2025

«Tuve que aprender a conocer la risa como una forma de aplauso»

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El viernes 11 de julio a las 21 horas, Kevin Johansen + Liniers se presentarán en el Teatro Municipal del Fuerte de Tandil (Independencia 360). Las entradas ya están disponibles a través de Articket.

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Será una noche única, con canciones, dibujos y mucho humor en tiempo real, donde los artistas celebrarán los 15 años de este espectáculo singular, con el agregado de estar presentando su nuevo disco en vivo: Desde que te Madrid, grabado en la capital española y rodeado de afectos.

«Es la juntada de dos amigos, que hacen diferentes disciplinas. Liniers hace algo que no se escucha y yo algo que no se ve, pero misteriosamente nos vamos metiendo en lo del otro. Se podría decir que lo que hace Liniers se puede llegar a escuchar, y lo que yo hago, llegar a ver. Es algo que disfrutamos mucho», describió Kevin a El Diario de Tandil sobre este formato tan poco convencional como aplaudido.

El gaucho El gaucho

La fórmula de esta dupla no se explica solo por el talento individual: hay una complicidad construida desde lo humano. «Creo que nos completamos el uno al otro. La amistad es un ingrediente muy importante, si no fuésemos amigos, creo que sería muy tedioso. También diría que es fundamental una afinidad estética, que tiene que ver con algo misterioso: pegamos onda en lo que cada uno hace y fluye de una forma armónica».

Dice sobre Desde que te Madrid, su más reciente álbum en vivo, que «cuando llegó la propuesta de que la gira iba a terminar en Madrid, quisimos registrarlo porque a la gente le gustaba y era un teatro muy lindo. Sabíamos que además iban a haber amigos como Las Migas o Jorge Drexler. Íbamos a estar rodeados del cariño de un lugar que nos cobija hace muchos años, es como otra Buenos Aires para nosotros. El agregado hermoso es que hay un público español que ya nos quiere. Tiene algo exótico pero a la vez familiar.»

El humor es una de las columnas del show, pero también un terreno que no todos los músicos pisan con naturalidad. Johansen, sin embargo, lo abraza: «El humor, cuando uno se ríe primero de uno mismo, relaja mucho y despierta empatía. Es curioso cuando hablan de otro idioma, obviamente con el inglés puedo, pero cuando es, por ejemplo, en Brasil, lo hicimos prácticamente igual y funcionó». Aunque reconoce que «es algo muy de acá lo que hacemos y el tipo de humor, tiene los matices y los guiños de acá», también cree que «hay algo universal en el hecho de que haya un tipo dibujando y otro tocando música. Entonces, no importa el idioma, te atrapa. También hay muchos guiños con respecto a la argentinidad y la gente se ríe de y con nosotros».

La relación con el dibujo, previo a conocer y trabajar con Liniers, viene de chico: «Soy hijo de una madre intelectual y bastante revolucionaria, entonces cuando era chico estaba muy presente el arte pictórico y el cómic. Soy de la generación de MAD y la Revista Humor. Yo hacía caricaturas, copiaba, leí de todo, como Obelix y Asterix o Las puertitas del señor López. Eso estaba presente, el formato de historieta.» El encuentro con Liniers, entonces, tuvo algo de reencuentro con una parte de sí mismo: «De hecho, cuando nos conocimos, él me escribió un email porque me había escuchado en el programa de Fernando Peña. Y yo ya lo tenía, nos conocíamos artísticamente. Siempre me atrajo la tarea de los dibujantes, cuando veía alguna idea ingeniosa, me llamaba la atención.»

Sobre aquel primer show juntos, recuerda: «La primera vez que tocamos, en 2007 o 2008 en Venezuela, él estaba esperando que le diga qué hacer. Yo estaba tranquilo, sabía que iba a estar bien. A él le salió, desde la timidez, un poco más payaso todo. Estuvo bueno, y salvo algunas correcciones que le hice, le dije que yo también tenía que aprender a conocer la risa como una forma de aplauso. Tuve años de aclimatarme a esa posibilidad, más allá que en mis canciones tengo propuestas que tienen que ver con el humor por momentos.»

Esa naturalidad para combinar música y humor no es tan común. «En realidad, todos los músicos que conozco son grandes cuentistas y contadores de chistes, pero hay una especie de temor a no ser tomados en serio si lo traspasan al escenario. Yo nunca sentí ese prejuicio, siempre pensé en el teatro griego, donde tenés la sonrisa y el llanto, nacemos con esas dos cosas. Lo abrazo desde la aceptación.»

En Argentina, pasa mucho lo de evitar mezclar la música y el humor y Kevin reflexiona que «hay guiños irónicos. Charly es por ahí uno de los que más lo muestra, cosas como La grasa de las capitales y esa tapa, algunas cosas en las letras. También Los Redonditos o Sumo tenían cuotas de humor. También tenés lados del rock como Los Decadentes, que son maravillosos. Hay casos, pero es cierto que hay mucha solemnidad en el rock y la canción de autor. Como decía Cortázar, que la diferencia entre los novelistas anglosajones y los latinoamericanos era que aquellos tenían bien ponderada la ironía, pero en Latinoamérica había temor a eso. Algo de eso hay, pero creo que está menguando.»

Después de años trabajando juntos desde diferentes rincones del mundo, el reencuentro de hace un par de años con Liniers reavivó el fuego creativo. «Fue maravilloso el reencuentro. Él, que es del sur, vive en el norte. Yo, que soy de Alaska, vivo en el sur. Nos reímos de eso. También decimos que tenemos un contrato por el cual tenemos que estar distantes. El reencuentro nos encontró más grandes, disfrutándolo más, asimilando mejor, pero a la vez siguiendo la impronta de buscar lo que está bueno y que eso quede, ir fijando cosas sin ensayarlo más allá de los shows en el momento, con la complicidad que tenemos. Agradezco: tocar con alguien que no es músico es refrescante, porque los músicos somos insoportables.»

Y aunque Liniers no sea músico, la integración escénica entre ambos es total: «Hay un momento de intercambio, donde demostramos lo buenos que somos cada uno en lo suyo. Nos entendemos muy bien.»

Así, entre canciones, pinceladas, carcajadas y complicidad, Johansen y Liniers siguen escribiendo a cuatro manos una obra que no tiene género, pero sí identidad. Una celebración de lo que el arte puede ser cuando se lo deja jugar.

Kevin Johansen y Liniers se presentan este viernes 11 de julio en el Teatro del Fuerte (Fte. Independencia 360). Las entradas se consiguen a través de Articket.

Redacción

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