A sus 40 años y con 22 de carrera, Ulises Bueno recuerda a su hermano «El Potro» Rodrigo no sólo como un ídolo de multitudes, sino también como su cómplice y amigo, una figura que lo aconsejaba y protegía en sus inicios, incluso levantándolo en peso si veía cigarrillos o alcohol. Sin embargo, hubo un consejo particular de Rodrigo que, según Ulises le cuenta a GENTE, «en su momento no supe escuchar».
El «Potro» le advirtió: «Si querés ser artista, mirá a los grandes, porque los grandes tienen vidas sufridas, solitarias y llenas de excesos». Una alarma que en su momento pasó por alto y que justamente, tal como se daría cuenta tiempo atrás, fue una trampa desoír. Es por eso que, sin vueltas, Ulises remarca la importancia de haber transitado ese camino difícil con resiliencia: «Yo atravesé todo eso».

Al rememorar las vidas de grandes artistas como Marc Anthony, Héctor Lavoe y Charly García, quienes enfrentaron existencias complejas, Ulises dice haber entendido la profundidad y sabiduría de esa advertencia, reconociendo que el camino del artista «está lleno de obstáculos».
Afortunadamente, asegura que hoy pudo salir de esa «parte oscura» y que se encuentra en un momento de «felicidad plena», disfrutando de su familia, su hija, su trabajo y su tiempo libre. Este proceso de recuperación, que hoy celebra al cumplir dos años limpio, lo llevó finalmente a rodearse de «amigos sanos» y a ver la vida «con claridad», en lo que él describe como «el camino del bien».
Aunque tardó en ser comprendido y asimilado, tal como revela, el consejo de Rodrigo se convirtió en una guía fundamental en su lucha y superación personal.
Cómo era convivir con el ídolo
«Yo tenía en casa a un ídolo de multitudes (el inolvidable Rodrigo), y a la vez era mi hermano, mi cómplice. ¿Y qué te puedo decir? Y éramos muy amigos a pesar de la diferencia de edad«, cuenta cuando le preguntamos cómo era convivir con alguien que en Córdoba era como un Rolling Stone.
«Compartí con él todas mis etapas. Siempre trató de protegerme. Fue la persona que, hasta donde pudo, me ayudó a superar mis miedos«, recuerda Ulises. Y lo hace con un mix de nostalgia y agradecimiento.
-¿Y cómo lo recordás hoy?
-Con los mejores recuerdos. Estuve en su consagración en el Luna Park, cuando sacó Rodrigo 2000, cuando la gente empezó a disfrutar de su música tras tanta lucha. Lo vi llorar de frustración cuando las cosas no le salían bien y también festejar como un soñador. Lo disfruté en sus momentos más felices. Claro que la fama y el éxito le quitaron tiempo para la familia, pero lo recuerdo con alegría.

-Eso también te marcó en tu carrera… Me refiero a que podés trabajar distinto.
-Sí, después de tantos años de trabajo estoy con la opción de trabajar las veces que yo quiera, no las veces que lo demande el sistema. Y lo hago tres fines de semana al mes, dos shows por fin de semana. Me manejo equilibrado, puedo tener una vida normal y tranquila. Disfruto mucho de eso. Y también de logros: después del Luna Park llegó el Movistar Arena, ya hice uno (en abril pasado) y el 30 de noviembre vamos por el segundo. Es un momento muy lindo de mi carrera y de mi vida.
La reinvención de Ulises: cómo fue cambiar las «malas decisiones» por «el buen camino» que hoy lleva dos años
-¿Qué cambió en estos dos años?
-Todo. Empezás a disfrutar la vida. Deja de ser sufrida y encontrás momentos de felicidad en cada situación. Estoy rodeado de amigos sanos que quieren lo mejor de mí, de mi hermano (Flavio Bueno Olave), de mi representante Chicho, que es amigo desde los 8 años. Ellos me sostienen. Antes me rodeaban los amigos del campeón, que siempre querían algo más de uno. Tuve que decir “basta”.
-La fama tiene ese lado B con el que no es fácil lidiar…
-Sí. Se arrima gente que no es positiva. La fama pesa, te vuelve solitario. Si estás rodeado de malas compañías, terminás tomando malas decisiones. Y muchas veces alejándote de las personas que te quieren. Si estás rodeado de buena gente, como ahora, disfrutás. Yo disfruto mucho de mi fama: de sacarme fotos con la gente, de convivir con ella, de estar en un aeropuerto rodeado de 60 personas que me piden un abrazo.

-¿Y qué más descubriste en este camino?
-Que vas a ser más positivo cuando veas la vida con claridad. A veces no se ve a largo plazo, pero sí se puede. Yo soy un convencido de que sí se puede estar bien, porque yo estoy en ese camino, en el camino del bien.
-Además de un refugio, ¿qué otra cosa fue la música para vos?
-Fue mi forma de empezar a poder comunicarme. Yo era muy tímido y a través de las canciones pude expresarme, mostrar lo que sentía. La música es todo en mi vida, mi manera de contar mi interior y mis vivencias. Y obviamente que uno quiere cantarle a la gente y que conozca de nuestras historias…
–Imagino que es una satisfacción aún más grande cuando recibís aplausos por todo eso que pudiste superar en tu vida.
-De eso se trata y me pone muy feliz.

Alma: el motor fundamental de su recuperación
En la nota de tapa de GENTE, el cantante más popular del cuarteto también revela que su hija adolescente fue su «gran inspiración para hacer las cosas bien». Hoy, con dos años limpio, Ulises reconoce que «el amor incondicional lo tenía muy cerquita» en su hija Alma, un amor que quizás buscaba en otras relaciones sin darse cuenta. La influencia de Alma es tan profunda que, cuenta orgulloso, «ella forma parte de mi tratamiento».
Los psicólogos la consideran una figura muy importante para que Ulises siga adelante y se mantenga en su camino de recuperación. Cuando comenzó a tomar conciencia, el músico y también empresario (tiene una productora musical) se vinculó más con su hija para «no tener recaídas o malos momentos». Alma suma 16 años y, tal como cuenta el artista, es consciente de todo lo que su papá tuvo que atravesar para llegar hasta acá, incluidas sus caídas.

Es tanta la alegría por su nueva vida compartida que, asegura el músico, vive agradeciendo los momentos en los que la lleva al colegio por las mañanas o la ve jugar al hockey, como cualquier otro padre. Además, afirma orgulloso, lo llena de felicidad que los padres de los compañeros de Alma lo vean como otro padre normal y no como «Ulises el exitoso,» «Ulises el famoso».
Este nuevo capítulo en su vida, recalca, llega con su descubrimiento más importante: el amor propio y la paz (que hoy cuida como nadie), su hija Alma como su mayor tesoro y el reflejo del «amor incondicional» que finalmente descubrió.
Fotos: Chris Beliera
Video: Rocío Bustos
Agradecemos a Vicky Roa