Las organizaciones Amica Center para los Derechos de los Inmigrantes y el Proyecto Nacional de Inmigración introdujeron la demanda ante una corte de distrito de Maryland a nombre de dos mujeres recluidas en un centro de detención del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en Baltimore.
En ella explican que las dos mujeres, identificadas con las iniciales N.N. y R.G., han pasado días recluidas en celdas temporales en «condiciones inhumanas y de castigo».
N.N. es de origen guatemalteco y tenía más de una década viviendo en Maryland. La demanda cuenta que en 2012 un juez de inmigración le concedió una suspensión de deportación. A pesar de eso, ella fue detenida el 7 de mayo de 2025 cuando se presentó en un chequeo de rutina con un funcionario de ICE.
R.G. es salvadoreña y también tenía más de una década viviendo en ese estado. En 2017 un juez de inmigración también le concedió una prohibición de deportación. También fue detenida al presentarse ante ICE el 8 de mayo de 2025.
N.N. llevaba —hasta el momento en que introdujeron la demanda— cerca de 60 horas en esa celda temporal, mientras que R.G. cerca de 36 horas. Citan reportes anteriores de personas que aseguran que estuvieron recluidas en estos espacios durante más de una semana.
En su página web, ICE señala como parte de sus políticas que una persona «no debería estar confinada en estos cuartos temporales por más de 12 horas». Explican que son usados para la detención de inmigrantes en espera de su deportación, de ser transferidos, de sus audiencias en cortes, de recibir tratamiento médico o de cualquier otro proceso dentro o fuera de las instalaciones del centro de detención.
En el caso de N.N., la demanda cuenta que durante las primeras 24 horas de su detención, ICE se negó a proveerle los medicamentos para controlar su diabetes aunque habían sido entregados a las autoridades por su familia.
Por su parte, R.G. recibe tratamiento para la tiroides: hasta la presentación de la demanda, no había sido atendida por un médico y tampoco había recibido su medicamento.
Además de eso, cuentan que estas celdas no están equipadas con camas, que las luces permanecen encendidas a toda hora y que la temperatura es congelante; que no tienen acceso a privacidad para ir al baño, ni a jabón, duchas, toallas, pasta dental, cepillo de diente, ropa limpia o lavandería.
Denuncian que las mujeres, así como otros detenidos, «no tienen suficiente acceso a agua potable o comida». Explican que les entregan tres botellas de agua pequeñas al día y pequeñas raciones de comida que incluyen, sánduches, copas de fruta, comida empacada estilo militar o noodles instantáneos.
«En lugar de liberar a personas que no tienen la capacidad de detener, las encierran sistemáticamente durante muchos días en condiciones crueles, inconstitucionales y potencialmente mortales que incluso sus propias políticas prohíben”, dijo en un comunicado Adina Appelbaum, directora del programa Immigration Impact Lab del Centro Amica para los Derechos de los Inmigrantes. «Esta demanda es crucial para detener a ICE de uno de sus abusos de poder más atroces y garantizar que ningún ser humano sea sometido a este trato inhumano y animal que no tiene cabida en Estados Unidos».


