La trama del caso Andic se enreda más y más conforme pasa el tiempo. Isak Andic, el exdueño de la marca de moda Mango y uno de los hombres más ricos de España, murió en misteriosas circunstancias en diciembre del año pasado. Hoy, la justicia catalana investiga a su hijo Jonathan por presunto homicidio y su ex pareja, la golfista Estefanía Knuth, reclama una herencia millonaria.
No sería extraño que Netflix produzca en el mediano plazo una docuserie o una ficción sobre un caso que hoy sigue inconcluso.
Para el 14 de diciembre de 2024, Forbes indicaba que el empresario textil turco tenía un patrimonio neto de 4.500 millones de dólares. Sin embargo, un supuesto resbalón en un sendero de las cuevas de Salnitre hizo que esa fortuna se esfumara en un segundo.
El magnate de 71 años andaba con su hijo Jonathan en el macizo de Montserrat, a unos 45 kilómetros al norte de Barcelona, cuando cayó mortalmente desde 150 metros de altura.
Jonathan alertó rápidamente al personal de seguridad, pero era demasiado tarde: Isak había perdido la vida.

Más tarde, el hombre de 44 años relataría que él iba delante de su papá cuando oyó un desprendimiento de piedras. En ese instante giró y vio cómo el Isak caía al vacío.
Con la muerte del empresario, prácticamente la totalidad de la herencia fue repartida en partes iguales para Jonathan y sus hermanas, Judith y Sarah. Un monto muy menor fue a parar a distintos allegados del empresario, entre ellos quien fue su última pareja, la golfista Estefanía Knuth.

Toni Ruiz, el exconsejero delegado de Mango, quedó como presidente de la firma, y Jonathan abandonó el mando de la marca Mango Man tras 17 años para pasar a gestionar la totalidad de las empresas patrimoniales del conglomerado familiar.
La tranquilidad duraría poco. Diez meses después, en un giro que sorprendió al mundo, Jonathan, el único testigo presencial del accidente de su padre, pasó de ser testigo a investigado.
De testigo a investigado
La decisión de la titular del juzgado de instrucción 5 de Martorell se debió en parte a la declaración de Knuth, principal enemiga de los Andic desde la muerte del patriarca, que dejó en claro que las cosas no iban bien entre Jonathan e Isak.

Al ver que el monto de la herencia que le tocaba era mucho menor que el que creía, Knuth reclamó 70 millones de euros por los seis años que pasó junto a Isak. Los hijos del magnate lo rechazaron de inmediato, pero dejaron las puertas abiertas a negociaciones.
“Con la herencia ya aceptada ante notario por los hijos, a Knuth le quedan ahora tres vías: aceptar la cifra propuesta por los hijos, seguir explorando la negociación o acudir a la vía civil”, señaló El País.
En ese contexto, Knuth dejó a Jonathan en una mala posición frente a la Justicia. Según el citado medio español, especificó que en 2015 Isak y Jonathan pelearon por la empresa. El primero le habría reprochado a su hijo que no estaba contento con el rumbo de la compañía (y lo haría con razón, ya que en los años siguientes Mango entró en una situación de pérdidas millonarias).

Esta afirmación se suma a la información que circuló acerca de que tres meses antes de su muerte, Isak encargó a un conocido abogado de Barcelona especializado en divorcios que preparara un «acuerdo prenupcial» que blindara los bienes de su hijo para casarse con la influencer Paula Nata.
Aunque el rol de Jonathan en la investigación cambió, la Justicia desestimó esa anécdota como influencia de un posible accionar de Jonathan en contra de su padre.
En un comunicado, los Andic se mostraron confiados de que “este proceso terminará lo antes posible y se demostrará la inocencia de Jonathan Andic”, quien “seguirá colaborando como hasta ahora” con la Justicia.
Mientras el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña pide mesura, la causa sigue abierta, en plena investigación.

Con información de Reuters, La Vanguardia, El País.