“Estaba teniendo la posibilidad de ser testigo de algo que no había sido visto jamás hasta ese momento”, revela Maxi Jonas a Clarín. Es un fotógrafo especializado en ballenas de Puerto Madryn que a principios de mes registró en la península Valdés, cerca del Golfo Nuevo, una escena única: el ataque de un grupo de orcas a una ballena.
Persiguió a las orcas igual que los protagonistas de Twister siguen a las tormentas. «Éramos buscadores de tornados, pero con menos datos, porque acá es simplemente la vista. Hay que ver dónde están y suponer para dónde van«, especifica el fotógrafo.
Siguió el trayecto de los depredadores recopilando información que le iban enviando otros fotógrafos y conduciendo por la costa con medio ojo en los animales y su dedo índice en el rec de su dron.
Cuando las alcanzó, dejó su coche en marcha en un estacionamiento y se dirigió a El Doradillo. Sabía que estaba a punto de tomar registro de algo único. Lo motivó la idea de lo irrepetible. Así como en una popular novela el personaje de Osvaldo Laport necesitaba hacer el amor, Maxi necesitaba filmar a «esos bichos».
Sus nervios se la pusieron difícil: tenía miedo hasta de apretar el botón de grabar. “Me traté de concentrar. Estaba ansioso por que no quería que se terminara nunca la batería del dron. Fueron tres o cuatro horas de pura adrenalina. Era muy fuerte la carga de registrar lo máximo posible”.
«Una verdadera revolución»
Lo que más le llamó la atención no fue el ataque de las orcas, sino el comportamiento de las ballenas. «Era una cosa única, de la cantidad de ballenas que había contra la costa con un comportamiento que pocas veces habíamos visto. Estaban muy nerviosas, muy activas, soplaban más fuerte, pegaban con las aletas. Era una verdadera revolución«.

“Las ballenas francas se empezaron a organizar para tratar de recuperar el bebé que se estaban comiendo las orcas. Fue un plan de acción para plantárseles. Eso es lo que más me alucina. Nos llama la atención la reacción de las ballenas ante este evento puntual. Eso es algo increíble”, completa.
¿Cazar por placer o necesidad?
Las fotos y el video que Jonas les mostró a sus 102 mil seguidores en su cuenta de Instagram @maxijonas no admite epígrafes. “Me tocó realizar el primer registro audiovisual de las orcas de península Valdés alimentándose de una cría de ballena franca”, escribió el fotógrafo.

-¿Qué sentiste cuando estabas grabando el momento del ataque?
–Una emoción terrible. Fue increíble. No podía creer lo que estaba viendo.
Maxi recordó en ese instante a los científicos del CONICET que, semanas atrás, se habían convertido en una especie de rockstars de la investigación marina en Argentina.

“El nivel de emoción puede ser el mismo. Esto que nos pasa sobre el nivel de superficie también es la primera vez que lo vemos. Cuando los investigadores con los que estoy trabajando lo vieron se emocionaron como yo”.
Las orcas cazaron al ballenato, lo llevaron mar adentro y fueron comiéndoselo una a una hasta que las ballenas las alejaron. «Todas las ballenas francas (unas 15) fueron contra las orcas. Quedó el cadáver del bebé ballena y dio la sensación de que ya había pasado todo».

Jonas forma parte del Península Valdés Orca Research y los videos que registró del ataque -que no están publicados— actualmente son estudiados por el Instituto de Conservación de Ballenas.