«Está catalogado entre las peores especies invasoras«. De esta forma, el biólogo Mariano Malve se refirió al cangrejo verde europeo que, en pocos años, avanzó sobre la costa atlántica argentina. Desde el 2000, se extendió 1.000 kilómetros y los cuatro golfos de la Patagonia ya están invadidos por el cangrejo.
«Su área nativa es Europa y el norte de África, pero es un colonizador global. Ha colonizado varios continentes: las dos costas de Estados Unidos, Australia, Japón y ahora Argentina», puntualizó el investigador del Instituto de Biología de Organismos Marinos (Ibiomar), del Centro Nacional Patagónico (Cenpat) que depende del Conicet.
Se cree que el cangrejo llegó a la costa argentina a través del agua de lastre de algún buque que resulta el modo de introducción más frecuente. «Estos barcos -explicó- toman agua en su lugar de origen y cuando llegan al puerto de destino liberan el agua donde puede haber larvitas y juveniles. Por eso, hoy hay regulaciones mundiales para tirar el agua de lastre lejos de la costa para evitar que las especies invasoras tengan chances de colonizar».
Dos oleadas de la invasión
Según Malve, hubo dos etapas de la invasión del cangrejo verde en la costa argentina. En 2000 fue el primer punto de detección en el puerto de Comodoro Rivadavia. Con el tiempo se fue dispersando hasta Camarones -en 2003- y luego a Puerto Deseado -en 2006-. En una segunda etapa, apareció el primer registro en el Golfo Nuevo en Puerto Madryn. «Ahí empezó su colonización hacia el norte, con el Golfo San Matías y San José. El límite norte hoy está en Bahía San Blas, al sur de la provincia de Buenos Aires», dijo.
¿Por qué avanza tan rápido? Las características de este cangrejo lo hacen propenso a tener éxito en las invasiones. Toleran todo tipo de condiciones ambientales como la salinidad, la temperatura y resisten mucho tiempo por fuera del agua. Además, su capacidad reproductiva es altísima.

«Cuando hay una población estable, es muy probable que, por la dispersión larval, vayan colonizando otras zonas. Y además, es muy agresivo y compite con los cangrejos nativos cuya población no es muy abundante. Muchas veces los desplaza«, lamentó Malve y agregó que, además, «es generalista», esto significa que come lo que hay y crece rápidamente.
Pese a su avance rápido, en los últimos 25 años se recolectaron muy pocos datos respecto a su característica poblacional. En 2007 se hizo un primer relevamiento en el Golfo San Jorge y recientemente, se hizo un muestreo en Las Grutas. Ahora, Malve encabeza un estudio de las poblaciones desde San Blas hasta San Julián, lo que contempla el relevamiento de 19 sitios «para conocer el estado actual en relación al primer diagnóstico».
«La preocupación por el impacto de este cangrejo tardó un poco en llegar», reconoció Malve. Sucede que cuando se lo descubrió en la zona de Comodoro Rivadavia no era abundante. Una vez que se lo detectó en Puerto Madryn, notaron que la población crecía en gran medida. Los investigadores comenzaron a preguntarse qué pasaba ya que cada vez veían más. Por eso, desde 2015, en la medida en que empezó a colonizar los golfos norpatagónicos, el animal mereció más atención.
Los investigadores están abocados al impacto del cangrejo verde que, según advirtieron, son difíciles de cuantificar. Representa una amenaza para especies nativas clave, altera hábitats costeros e interactúa con especies nativas tanto en su rol de depredador como presa. «Se alimenta de los mejillones que colonizan las costas rocosas y proveen el hábitat para muchas especies nativas. También se alimenta de almejas y puede tener interacciones con especies nativas de interés comercial, como caracoles y vieyras. Tienen un impacto a nivel ecológico, económico y con el turismo«, planteó. Puso como ejemplo que muchos pescadores tiran la caña y el cangrejo se les prende de la carnada ya que son muy voraces. Por otro lado, en las playas de arena la gente se mete al agua y en muchos casos, se han reportado que, con las pinzas, los cangrejos les pellizcan los pies.

Malve aseguró que no es posible un control de las poblaciones ya que una vez que el animal se estableció, erradicarlo es imposible. «En regiones de Estados Unidos o Sudáfrica se intentaron programas de manejo con trampas para reducir las poblaciones, pero no fueron exitosos. Funciona en un primer momento y después la población vuelve con más violencia. El foco de la prevención debe estar en evitar que llegue, pero una vez que se instala ya está», señaló.
Lo cierto es que los modelos de distribución de especies pronostican su posible llegada al sur de Brasil. Por lo tanto, es necesario mejorar las medidas de prevención, indican los investigadores, poniendo el foco en la gestión de las vías de movimiento de los buques, junto con el monitoreo a largo plazo y la implementación de protocolos de respuesta rápida en puertos y áreas adyacentes.

¿Cómo es el cangrejo verde?
Si bien se lo conoce como «cangrejo verde» puede ser de este color o rojo cuando es adulto. Mientras son juveniles, puede tener varios colores que van del amarillo al verde hasta rojo bordó.
Tiene un caparazón triangular que puede alcanzar los 10 centímetros de ancho y al lado de cada ojo tiene cinco espinas.