Al disolver la Asamblea Nacional hace un año, Emmanuel Macron dijo que lo había hecho, entre otras razones, por la fiebre que había contagiado el debate público y parlamentario en Francia. En España, el clima político empieza a ser irrespirable, con el PP excitado al grito aznarista de “¡el que pueda hacer que haga!”, para que el Gobierno colapse antes de que concluya la legislatura. El riesgo de los populares al subir la intensidad del debate es que favorezca a Vox, que sigue al alza en las encuestas. La sensación es que se les va a hacer muy larga la legislatura a los dos partidos que, en principio, deberían ocupar la centralidad política.
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