Desde el arranque de la gira de prensa de Wicked: For Good, Ariana Grande (32) y Cynthia Erivo (38) demostraron algo poco habitual: inusuales interacciones que dejaron al descubierto la emoción a flor de piel entre ambas y muchísima incertidumbre entre los expectadores. En cada aparición pública, las lágrimas aparecían con facilidad –“somos un montón de lloronas aquí”, bromeó Ariana en un momento–, como si estuvieran padeciendo los estragos de una carga emocional acumulada durante años de trabajo intenso.
No hubo alfombra roja donde no estuvieran tomadas de las manos e incluso besándoselas, abrazadas, murmurándose cosas al oído y protegiéndose de eventuales sorpresas. Muchas veces las cámaras captaron esas lágrimas compartidas, los gestos de contención mutua pero también signos de vulnerabilidad y posible toxicidad. Un misterioso modo de «sostenerse» que generó las más disímiles teorías e interpretaciones.

La confusa y misteriosa cercanía entre Ariana y Cynthia
Para una parte del público, esa exhibición constante de afecto –llantos, caricias, palabras cómplices– fue una bocanada de sinceridad en un mundo de relaciones enlatadas y fingidas para el afuera. Pero para otros se convirtió en motivo de ironía, duda o incluso burla: ¿Era real la amistad o algo cuidadosamente armado para generar expectativa mediática?
Esa ambigüedad explotó en redes, donde muchos se preguntaban si los vínculos tan “viscerales” entre colegas no escondían algo más, o si simplemente respondían a la cercanía emocional que exige encarnar a dos brujas unidas por el destino.

A muchos les preocupó la supuesta «dependencia emocional» entre ambas, los gestos de «permiso» y validación de Ariana y la denodada devoción de Erivo sobre la cantante. Mientras hay quienes ya ven un romance entre ambas, las versiones más naïf señalan que simplemente son «dos amigas que eligen sobreprotegerse» en medio de una industria hostil.
Ellas, por su parte, insistieron en aclarar que su conexión es de amistad profunda y respeto mutuo. Ariana, con franqueza, sostuvo que su forma de vincularse es física: “Toco a Cynthia como toco a mis amigos cercanos… a veces agarro, apreto, acompaño. Es energía, es cariño”. Cynthia, por su parte, explicó que sus gestos protectores –como cuando defendió a Ariana ante un fan entusiasta en una alfombra roja– no tenían otra intención que la de cuidar a una compañera.

Punto por punto, el análisis del «preocupante» comportamiento entre Ariana Grande y Cynthia Erivo
Hugo Lescano, experto en comunicación no verbal que analiza gestos, posturas y expresiones para desnudar la situación emocional de las personas, detectar posibles mentiras e identificar patrones de conducta, analiza a pedido de GENTE qué esconde el vínculo público de las actrices.
«En la película, Cynthia y Ariana interpretaron a dos personas que se cuidaban mutuamente , aunque para un ojo entrenado la cercanía entre ellas parecía un acierto de casting y marketing para enganchar al público», sostiene el director del Laboratorio de Investigación en Comunicación no Verbal con sede en Argentina y USA. Y se explaya acerca de tres gestos puntuales de Ariana incluidos en el clip que destacamos en la nota y «podrían ir más allá de la imagen».
Gesto #1. Entre el posible «desprecio» y la angustia
«Hay algo que me llama la atención», destaca el investigador del comportamiento humano y docente cuando analiza el momento más incómodo que la dupla viviera en una alfombra roja hasta ahora, más precisamente cuando Cynthia acomoda con escalofriante esmero la gargantilla que Ariana lucía en perfectas condiciones.
En detalle, describe: «(En Ariana) se detecta angustia al elevar las cejas mientras la toman las manos de Cynthia. No es un detalle inocuo: las cejas se elevaron y buscaron un punto en la mirada que parecía contener una emoción que quería salir, como si la cercanía entre ellas estuviera atravesada por una tensión no explícita«.

Gesto #2. Ariana denota «rechazo oculto»
En la siguiente interacción elegida, también incluida durante la exigida prensa promocional, el entrevistado les consulta de qué modo le había cambiado a cada una la vida «la persona que tenés sentada al lado». Ahí es cuando Erivo habla sobre la profunda conexión entre ambas y cuenta cómo es que intercambiaron entre ambas «suavidad» y «fortaleza».
Al analizar este segundo momento, Lescano destaca: «Fijate la inclinación del cuerpo de Ariana hacia atrás: denota rechazo oculto«. Y profundiza: «En un momento de supuesta cercanía, Ariana buscó distancia sin romper el contacto, un backstep sutil que sugiere límites personales o reservas que contrastan con la imagen de complicidad«.

Gesto #3. «Rechazo o evaluación crítica»
A partir del tercer y último gesto elegido, Lescano puntualiza sin vueltas: «La boca ladeada marca desprecio». Al esgrimir sus argumentos, precisa que no se trató de una sonrisa plena, «sino de una leve desviación de la comisura».
Enseguida ahonda en cómo interpretar ese llamativo gesto: «Podría leerse como rechazo o evaluación crítica ante preguntas difíciles sobre la relación o la dinámica en la película al no coincidir lo dicho con la realidad». Tras un minucioso análisis, sentencia: «En algunos momentos Ariana filtra gestos negativos muy sutiles».

Al concluir con su diagnóstico en relación a lo que comunican Ariana y Cynthia con sus gestos y microexpresiones, Lescano plantea: «Pasadas por alto por el gran público, estas señales podrían indicar una tensión subyacente que está oculta. Si se confirman con más material público, podrían reformular la lectura de la relación entre las dos actrices y su estrategia de comunicación con la audiencia«.
La supuesta “maldición del Mago de Oz”: un hechizo que viaja de generación en generación
Desde hace décadas, Hollywood susurra la existencia de una supuesta “maldición del Mago de Oz”, un halo oscuro que habría acompañado a quienes se atrevieron a revivir el universo de la historia más emblemática del cine fantástico. La leyenda nace en los rumores del set original de 1939 –accidentes, tensiones, cambios abruptos de actores, problemas de salud– y, con el paso del tiempo, se transformó en un relato que mezcla superstición, mística y una cuota irresistible de morbo cinematográfico.

Hoy, con cada nueva adaptación, esa sombra vuelve a emerger: ¿Es coincidencia que las protagonistas de Wicked se muestren tan emocionalmente cargadas, tan sensibles, tan al borde de las lágrimas en plena gira promocional? Para algunos fanáticos, todo forma parte del mito: entrar al mundo de Oz implica conectarse con una intensidad que roza lo inexplicable. Para otros, claro, no es más que marketing involuntario. Pero la duda, como siempre en Hollywood, queda flotando en el aire… y alimenta la magia. ¿Y si, después de todo, Oz nunca fue sólo un cuento?

Fotos: Fotonoticias y redes sociales

