
Barcelona
Un hombre de 73 años se suicidó el jueves por la tarde después de ser desahuciado en el barrio del Raval. La comitiva judicial llevó a cabo el lanzamiento a las once de la mañana, y por la tarde, el individuo rompió el precinto y regresó al piso. Una patrulla de seguridad ciudadana de los Mossos d’Esquadra de Ciutat Vella le sacó de nuevo de la vivienda y, con la excusa de recuperar una pieza de ropa, el hombre corrió hasta un balcón que da al patio interior del edificio y saltó desde el tercero. Los servicios médicos de emergencias no pudieron hacer nada por su vida.
La víctima, N. B., natural de Argelia y sin antecedentes, ocupaba un piso del número 11 de la calle Robadors desde hacía un tiempo, como mínimo desde febrero pasado, cuando se iniciaron los trámites para su desalojo, según los datos difundidos el viernes por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).
El desahucio, programado por la mañana, no se preveía problemático, y ni siquiera se pidió apoyo policial, pero finalmente el hombre se mostró nervioso y ya amenazó de lanzarse al vacío. Al mediodía, el hombre estaba fuera de la casa y el propietario instaló una alarma que se activó por la tarde, cuando el individuo regresó.
Cuando el propietario denunció la ocupación en los juzgados, los servicios sociales del Ayuntamiento trataron de elaborar un informe sobre la situación del individuo, que renunció a recibir asistencia. Los técnicos de los servicios sociales acudieron tres veces al piso y no le localizaron. El juzgado ha abierto una investigación y la pareja de los mossos que presenció el suicidio necesito de apoyo psicológico.