Muchos lo utilizan porque da un buen sabor a los alimentos; no obstante, incrementa la densidad calórica y las grasas trans, que perjudican la salud del cuerpo.

Foto: Freepik.
La cocción de los alimentos tiene un papel decisivo en la conservación de sus nutrientes y en el efecto que producen en el organismo. Por esta razón, profesionales en nutrición alertan sobre una técnica muy popular en la cocina que, aunque deja un buen sabor, representa un riesgo para la salud.
Freír: el hábito que más perjudica
Freír los alimentos figura entre los métodos menos recomendables para quienes buscan una alimentación saludable. Así lo señala un artículo del portal especializado ‘CardioMender’, ya que «incrementa considerablemente el contenido calórico y de grasas trans«.
Estas grasas insaturadas están asociadas con múltiples afecciones como enfermedades del corazón, diabetes tipo 2 y sobrepeso. Además, cuando se utiliza aceite a temperaturas muy altas, pueden liberarse sustancias tóxicas con efectos negativos a largo plazo.
A diferencia de otras formas de cocción que preservan mejor los nutrientes y no requieren grandes cantidades de grasa, como el vapor o el horneado, la fritura genera que los alimentos absorban más aceite, lo que disminuye su valor nutricional y eleva su densidad calórica.
Es importante considerar que reducir la fritura en la dieta diaria no solo mejora la salud, sino que también permite conservar de forma más eficaz los beneficios naturales de los alimentos.

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Otras formas de cocinar que cuidan su salud
- Al vapor: mantiene los nutrientes solubles en agua, como minerales, y preserva la textura y color de los alimentos. Es ideal para vegetales, pescados y aves, y no requiere el uso de aceite.
- Horno y asado: cocinar sobre rejilla permite que la grasa se separe, reduciendo su consumo. Es una técnica recomendada para carnes magras y verduras.
- Plancha: solo necesita una cantidad mínima de aceite. Resulta útil para cocinar carnes, pescados o vegetales sin perder su jugosidad.
- Escaldado y hervido: sumergir brevemente los alimentos en agua hirviendo ayuda a mantener el color de las verduras. El hervido tradicional también es útil, aunque puede ocasionar una pérdida de nutrientes si el agua se desecha.
- Salteado rápido: se realiza con poca cantidad de aceites que resisten bien el calor, como los de aguacate o ajonjolí, y con fuego alto. Es una mejor opción frente a la fritura.
Elegir métodos que prioricen la conservación de nutrientes y reduzcan el uso de grasas perjudiciales contribuye a un estilo de vida más saludable.
Camila Paola Sánchez, El Tiempo/GDA
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