Política
Derechos Humanos
El debate oral que comenzará el lunes amplía la ventana temporal en la que permaneció activo ese centro clandestino de detención, tortura y exterminio, actualmente convertido en un sitio de Memoria.
Fines de agosto de 1978. Jaime Civili se apresta a saltar por primera vez en paracaídas, en una acción que no se inscribía tanto en la vocación de volar sino en los menesteres del servicio militar obligatorio en el Regimiento de Infantería Paracaidista 14, de Córdoba. Hasta la IV Brigada Aerotransportada del Tercer Cuerpo de Ejército llegaron para acompañarlo Carlos y Luis, dos de sus hermanos, pero el viento juega una mala pasada, el salto se suspende y los visitantes regresan al hotel en el que se hospedaban. Pero en el trayecto los secuestran y los llevan a Campo de la Ribera para someterlos a sesiones de torturas que marcarán sus vidas para siempre. Fueron liberados en el inicio de setiembre de ese mismo año.
Esos hechos son los que ventilará desde este lunes 12 a las 9.30 el decimosexto juicio por delitos de lesa humanidad ocurridos en la provincia de Córdoba. De las dos víctimas sobrevive Carlos, un escritor tucumano que prestará declaración en la audiencia inaugural, vía teleconferencia, ante Cristina Giordano, Facundo Zapiola y Noel Costa, integrantes del Tribunal Oral Federal N°3 de Córdoba. El único imputado es el ya condenado a perpetua Ernesto Barreiro, alias Nabo, presunto autor mediato de los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada e imposición de tormentos agravados en contra de los hermanos. Cumpliendo prisión domiciliaria desde hace años, no habrá querellas pero sí acusarán los fiscales Carlos Gonella, Facundo Trotta y María Laura Bazo Queirolo.

Se trata de un juicio corto, de apenas tres audiencias, y «chiquito» en tanto tiene una única víctima viva y apenas un imputado. No por ello es menos importante, en tanto marca la continuidad del proceso de Memoria, Verdad y Justicia, en tiempos de negacionismo, pero principalmente porque el de los Civili es el primer testimonio de actividad represiva en La Ribera post junio de 1978.
«Para La Ribera este juicio tiene un sentido especial porque abre una puerta en relación a cuándo fue el cierre del campo de concentración. En nuestros recorridos y nuestros relatos, y en base a lo que cuentan los sobrevivientes, siempre decimos que Campo de la Ribera funcionó entre diciembre de 1975 hasta junio de 1978, siendo cerrado para el Mundial”, relató Martina Novillo, trabajadora del área de Investigación del sitio de Memoria. A partir de estas declaraciones que en Córdoba no se conocían, es clara «la posibilidad de que La Ribera haya estado abierta o haya sido abierta nuevamente para traer secuestrados presos políticos en agosto-septiembre de 1978», abundó. «Esto significa que la memoria está en permanente construcción, es un relato colectivo y construido con quienes dan testimonio y quienes viene a recorrer este lugar», cerró.
Las audiencias se pueden presenciar en la sede del tribunal -Faustino Allende 866, ciudad de Córdoba- o seguirse vía el medio especializado La Retaguardia (https://laretaguardia.com.ar/).