El extremo de la parte alta de la Diagonal, allí donde se da la mano la capital catalana con Esplugues y l’Hospitalet, va a dejar de ser tierra de nadie para convertirse en una de las nuevas áreas de crecimiento más relevantes. La construcción del nuevo hospital Clínic en el lugar ocupado por la zona deportiva de la Universitat de Barcelona (UB) supone una oportunidad largamente reclamada para el propio centro sanitario, así como para la zona donde se ubicará, que se prepara para una regeneración urbana de calado.
La instalación del hospital al que se le ha quedado pequeño el espacio en el corazón del Eixample irá acompañada de la facultad de medicina y de varios centros de investigación asociados. Estos, a su vez, estarán muy cerca del Parc Científic de Barcelona y del Barcelona Supercomputing Center (BSC), así como de las facultades de la UB y la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Según los estudios previos del plan funcional, la concentración de espacios formativos y de investigación alumbrará un nuevo polo biomédico de primer nivel.
Nuevo Hospital Clínic
El campus de salud con la facultad de la UB y centros de investigación

1 Alcanza los 290.000 m2 de techo edificableInversión global del proyecto, a los que hay que sumar otros 400 para hacer llegar el metro1.700 MILLONES
La actividad investigadora y económica complementarán el trajín constante de pacientes en lo que será una macrociudad conectada a la trama urbana del norte de l’Hospitalet. Se pretende crear un nuevo eje que una el parque de Can Rigal con el parque de Cervantes, al otro lado de la Diagonal, y el campus sanitario en el centro, conectado a su entorno urbano. Un plan director urbanístico (PDU) deberá acotar todos estos aspectos en los próximos dos años.
La proximidad a la ronda garantiza la conexión rápida con el resto de Barcelona, así como con el resto de hospitales ubicados cerca del anillo viario: Bellvitge, Vall d’Hebron y el hospital del Mar. Además, hay el compromiso de que llegue la línea 3 de metro antes de que abra el hospital y se pretende que sea éste el medio de transporte más utilizado para llegar hasta allí, lo que beneficiará a su vez al hospital materno-infantil de Sant Joan de Déu y a los vecinos de Esplugues, que llevan años reclamando la llegada del suburbano.
Las obras del nuevo hospital empezarán en el 2030 y aspiran a estar finalizadas en el 2035
La construcción del nuevo campus sanitario requerirá una inversión global de 1.700 millones de euros, una cifra que ha ido creciendo respecto a las primeras estimaciones y que todo apunta a que será superior cuando se acabe llevando a cabo. Las actuaciones se articularán a partir de ahora a través de un consorcio llamado Porta Diagonal-Campus Clínic, del cual formarán parte las ocho administraciones e instituciones implicadas: la Generalitat, el hospital Clínic, los ayuntamientos de Barcelona, l’Hospitalet y Esplugues, la UB, la Diputación de Barcelona y el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB).
El plan funcional en el que se concretarán las necesidades asistenciales, docentes y de investigación se licitará durante el segundo semestre de este año para tener ya el documento definitivo en julio del 2026. Será a partir de entonces cuando saldrá a concurso el proyecto arquitectónico y constructivo, coincidiendo con la celebración de la capital internacional de la arquitectura en Barcelona. En paralelo, en el 2027 se tramitará el instrumento urbanístico. De esta manera, los proyectos constructivos podrían estar en el 2028 y las obras arrancarían en el 2030, con la intención de que el campus sanitario entre en servicio a finales del 2035 o principios del 2036.
Los edificios se integrarán en el entorno aprovechando el desnivel del terreno
El estudio de arquitectura responsable del proyecto será escogido mediante un concurso internacional, aunque las bases las han dejado sentadas los alumnos y profesores de un máster en arquitectura sanitaria creado expresamente para la ocasión, una fórmula pionera y que ha dado buenos resultados. Las cuatro maquetas presentadas tras un intenso año de trabajo integran los edificios en el paisaje urbano aprovechando el desnivel entre la parte alta de la Diagonal y la cota inferior del lado de l’Hospitalet.
Entre una y otra se pueden llegar a construir edificios de hasta cinco plantas y facilitar el acceso a distintos niveles y edificios. De hecho, una de las ideas comunes también es que el hospital no tenga una entrada única como la de ahora en Villarroel, sino que haya diversos accesos aprovechando esos desniveles y se creen nuevos espacios públicos que puedan ser aprovechados también por los vecinos.
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Óscar Muñoz

El futuro Clínic no es la única pieza transformadora. A falta de que se desbloquee un viejo proyecto de viviendas en el entorno de Can Rigal, en Esplugues se están instalando diversas empresas punteras de investigación en el sector biomédico allí donde antes se fabricaban los exprimidores de Braun.
Al mismo tiempo, se está completando el ámbito de Finestrelles con un centro dedicado a enfermedades minoritarias y un gran rascacielos en obras que ahora es lo que más llama la atención de todos los que entran o salen de Barcelona por la B-23, quitándole todo el protagonismo a los antiguos molinos quijotescos de un restaurante reconvertido ahora en supermercado. El objetivo es que, dentro de diez años, todas las miradas se posen en el nuevo campus sanitario como símbolo del potencial de la ciudad en el sector.