El Banco Mundial acaba de publicar sus proyecciones de crecimiento para América Latina y el Caribe, y las cifras dibujan un panorama inesperado. En 2026, el país con la economía de más rápido crecimiento del continente no será una gran potencia industrial ni una nación con millones de habitantes. Será Guyana, un pequeño país de poco más de 800.000 habitantes que, gracias a su boom petrolero, se prepara para liderar el crecimiento mundial con un asombroso 22,4% de expansión del PIB.
Mientras tanto, las principales economías de la región avanzan a paso más lento. Brasil, Chile y México apenas superarían el 2%, un contraste que revela una transformación silenciosa pero profunda en el equilibrio económico regional.
El motor bajo tierra: petróleo y más petróleo

El auge guyanés tiene una explicación sencilla, pero con implicaciones globales. Desde que ExxonMobil y Hess confirmaron en 2015 el hallazgo de vastas reservas de crudo en la costa atlántica del país, Guyana se ha convertido en uno de los focos más dinámicos del sector energético.
El país extrae actualmente más de 600.000 barriles diarios, y se espera que supere el millón en 2027, cifra comparable con la de México. Esta expansión acelerada, combinada con precios internacionales elevados, ha disparado los ingresos públicos y transformado su balanza comercial.
Además, la inversión extranjera directa no ha dejado de crecer. La infraestructura petrolera, los proyectos portuarios y la modernización urbana han creado una economía en expansión que, de seguir el ritmo actual, podría multiplicar el tamaño del PIB en menos de una década.
Sin embargo, los expertos advierten que el éxito de Guyana también implica riesgos: una fuerte dependencia del petróleo, vulnerabilidad ante la volatilidad de precios y el desafío de gestionar un flujo de ingresos que podría sobrecalentar la economía.
Guyana y los otros países que crecen
El informe del Banco Mundial también destaca a otros países con proyecciones alentadoras para 2026. República Dominicana (4,3%), Panamá (4,1%) y Argentina (4%) ocupan los siguientes lugares de la lista, impulsados por sectores como el turismo, los servicios financieros y la recuperación del comercio exterior.
También aparecen Paraguay (3,7%), Guatemala (3,7%) y Surinam (3,4%), países que están aprovechando un entorno regional más estable y una mayor demanda de materias primas. Pero ninguno se acerca a la magnitud de Guyana, cuyo crecimiento proyectado supera cinco veces el de las economías más grandes del continente.
Las potencias que pierden impulso

El contraste con las economías tradicionales de América Latina es evidente. Según el mismo informe, México apenas crecerá un 1,4%, afectado por la desaceleración industrial y la caída en la inversión. Brasil, Chile y Uruguay rondarán el 2,2%, mientras Jamaica y Trinidad y Tobago apenas superarán el 1%.
La región, en general, mantiene un crecimiento moderado del 2,5%, muy por debajo de Asia o África. La persistencia de la inflación, el peso de la deuda pública y la falta de reformas estructurales son los principales obstáculos señalados por el Banco Mundial.
En ese contexto, el fenómeno guyanés destaca aún más. En menos de diez años, el país ha pasado de ser uno de los más pobres de Sudamérica a proyectarse como el segundo mayor PIB per cápita del continente, solo detrás de Panamá.
La pregunta que divide a los economistas

¿Puede un país tan pequeño sostener un crecimiento de dos dígitos basado casi exclusivamente en el petróleo? Esa es la gran incógnita.
Los expertos coinciden en que Guyana se enfrenta al desafío de evitar la “maldición de los recursos”, un fenómeno en el que la riqueza energética termina erosionando otros sectores productivos.
El Fondo Monetario Internacional ha advertido que la economía guyanesa necesita invertir urgentemente en educación, tecnología y diversificación industrial si quiere mantener su expansión más allá del boom petrolero.
En paralelo, los precios del crudo podrían ser su mejor aliado o su peor enemigo. Si la demanda global cae, la economía podría sufrir un fuerte ajuste. Pero si el ciclo alcista se mantiene, Guyana consolidará su posición como nuevo centro energético del hemisferio occidental.
Un nuevo epicentro económico
La historia económica de América Latina podría estar entrando en una nueva fase. Por primera vez, un país pequeño y hasta hace poco marginal lidera el crecimiento del continente con cifras de potencia petrolera.
El informe del Banco Mundial lo deja claro: Guyana no solo crece, se multiplica. Y aunque el petróleo explica buena parte de su auge, el desafío real está en lo que venga después. Porque si logra transformar esa riqueza en desarrollo sostenible, educación y tecnología, el pequeño país caribeño podría dejar de ser una sorpresa… para convertirse en el modelo económico más inesperado del siglo XXI.