Algunos procesos de la vida ocurren en escalas de tiempo imposibles de imaginar: el ingreso del oxígeno en los glóbulos rojos, la reacción instantánea de nuestros ojos ante la luz o la forma en que las plantas inician la fotosíntesis. Todo sucede en apenas femtosegundos, fracciones de segundo tan diminutas que resultan abstractas para la mente humana.
Ese mismo rango temporal es el que domina un láser de zafiro y titanio, una herramienta capaz de generar pulsos ultrarrápidos de luz que permiten estudiar lo que antes era invisible. En el mundo, esta tecnología se usa en óptica cuántica, espectroscopía avanzada y metrología de alta precisión. En la región, sin embargo, era todavía una pieza ausente en el mapa científico.
Una apuesta que cambia el panorama regional

El dispositivo no solo abre la puerta a nuevas líneas de investigación en ciencia básica, sino que también se proyecta en la industria y la medicina. Con una potencia pico de 13.000 vatios concentrados en pulsos de apenas 170 femtosegundos, este tipo de láser se utiliza en cirugías de alta precisión, en el diseño de microcomponentes industriales y en la fabricación de tecnologías ópticas de última generación.
Pero lo que lo hace realmente especial es su versatilidad: puede cubrir un rango amplio del espectro electromagnético, desde la luz visible hasta el infrarrojo cercano, lo que equivale a trabajar con cientos de láseres diferentes en un solo equipo. Eso significa que los científicos pueden estudiar materiales, analizar semiconductores o experimentar con procesos biológicos a un nivel de detalle nunca antes alcanzado en la región.
El país que dio el paso al futuro

Detrás de este logro está la iniciativa de una universidad pública latinoamericana que decidió dar un salto estratégico hacia la llamada segunda revolución cuántica. Con financiamiento de regalías, se creó un nuevo Laboratorio de Metrología Cuántica, que servirá como plataforma para proyectos en óptica no lineal, espectroscopía ultrarrápida y generación de estados cuánticos de la luz.
Ese laboratorio se encuentra en la Universidad Nacional de Colombia, y ya está atrayendo la atención de investigadores internacionales que ven en esta infraestructura una oportunidad para que el país se posicione como referente científico en América Latina. Para los especialistas, contar con este tipo de herramientas significa entrar en la liga de naciones que pueden competir en áreas estratégicas como la computación cuántica, las comunicaciones seguras y las tecnologías de medición ultrafina.
Más allá de un láser: un proyecto integral
El láser es solo la pieza más visible de un plan más ambicioso. Junto a él, el laboratorio sumará un equipo Raman para analizar materiales y líquidos, un microscopio confocal de dos fotones para aplicaciones biomédicas y un peine de frecuencias ópticas que permitirá calibrar longitudes y tiempos con una precisión extraordinaria.
Para los expertos, se trata de un proyecto que puede marcar un antes y un después en la historia científica del país. No es solo una actualización tecnológica: es la posibilidad de que Colombia construya un centro regional de fotónica, abierto a investigadores de toda América Latina y competitivo frente a potencias como Brasil, México o Argentina.
[Fuente: El Tiempo]