DESCONTENTO. En 20 de 25 países estudiados por el Pew Research Center quieren un cambio político, pero descreen que vaya a suceder. / IMAGEN GENERADA CON CHATGPT
La política atraviesa una crisis de confianza global. Así lo demuestra un estudio del Pew Research Center, que entrevistó a más de 28.000 personas en 25 países de América, Europa, África y Asia. Según el informe, en 20 de esos países, la mayoría cree que su sistema político necesita cambios importantes o incluso una reforma completa. La Argentina aparece entre las naciones donde esa creencia alcanza los niveles más altos.
Alrededor de ocho de cada diez adultos o más sostienen que hace falta un giro político en la Argentina, Brasil, Grecia, Kenia, Nigeria, Corea del Sur y los Estados Unidos. Sin embargo, muchos de los que desean un cambio político significativo en su país no confían en que pueda ocurrir, según la encuesta internacional de Pew.
El descontento tiene múltiples causas, pero una sobresale: la percepción negativa hacia los líderes en funciones. Una mediana del 47% de los encuestados afirma que pocos o ninguno de sus representantes son honestos y el 46% asegura que no entienden las necesidades de la gente común.
La visión de los jóvenes
El informe señala que las percepciones varían según la edad. En nueve países, los adultos jóvenes (de 18 a 34 años) son más propensos que los mayores de 50 a pedir reformas políticas profundas. En Canadá, el 54% de los jóvenes reclama cambios, frente al 39% de los mayores. Algo similar ocurre en Indonesia, Brasil y Turquía.
En cambio, en países europeos como Alemania y los Países Bajos sucede lo contrario: los adultos mayores son los que más piden reformas, mientras que los jóvenes se muestran algo más conformes.
Otro dato que llama la atención es la mirada crítica de los jóvenes hacia los políticos. En 11 de los 25 países analizados, las personas menores de 35 años tienen más probabilidades de decir que ninguno o muy pocos de sus dirigentes son honestos. En Francia y los Estados Unidos, esta brecha generacional es aún más pronunciada.
Honestidad y capacidad, en duda
Cuando se preguntó por cualidades específicas de los funcionarios, las respuestas volvieron a mostrar un panorama complejo.
– Honestidad: sólo el 14% de los encuestados piensa que todos o la mayoría de sus dirigentes cumplen con esta condición. En la Argentina, Brasil y México predominan las opiniones negativas.
– Comprensión de la gente común: el 46% asegura que pocos o ningún político entiende sus necesidades.
– Enfoque en los problemas importantes: cuatro de cada diez ciudadanos creen que sus representantes no atienden las cuestiones centrales de sus países.
– Ética y formación: en Grecia y en varias naciones latinoamericanas, más de la mitad considera que los funcionarios carecen de estas calidades.
La contracara aparece en Suecia, donde casi la mitad de la población cree que la mayoría de sus dirigentes actúa de forma ética. También en Canadá, India y Japón se registran opiniones menos críticas que en otras regiones.
La Argentina, Brasil y México entre los más críticos de la región
El estudio ubica a América Latina en un lugar destacado del descontento político. En la Argentina, el 77% considera que el sistema requiere una reforma completa o grandes cambios y el 76% no cree que eso pueda suceder de manera efectiva.
Los datos de Brasil son aún más contundentes: el 86% de la población pide transformaciones profundas, aunque la confianza en lograrlo también es baja. En México, el panorama es similar, con un 83% que exige cambios de fondo.
En los tres países, además, la evaluación hacia los líderes en ejercicio del poder es negativa. Mayorías importantes coinciden en que pocos o ninguno de sus representantes son honestos, comprenden las necesidades de la gente común o se enfocan en los principales problemas nacionales. Estas percepciones muestran un patrón regional de escepticismo frente a la clase política y a la capacidad de los sistemas democráticos para renovarse.
Economía y política, dos demandas conectadas
El estudio revela además un vínculo entre las demandas de cambios económicos y políticos. En Nigeria, el 94% de los ciudadanos pedía en 2024 una reforma económica profunda y en 2025 el 91% exige lo mismo en el plano político.
En contraste, en Suecia apenas el 29% cree que su sistema político necesita transformaciones de fondo, una cifra mucho menor que la de América Latina y África.
Entre la esperanza y la duda
El informe concluye que, aunque el deseo de cambio atraviesa fronteras, la confianza en que esos cambios puedan concretarse varía enormemente.
En países como la India, la mayoría cree que una reforma es posible. En Grecia, en cambio, el 68% pide transformaciones pero duda de que se concreten.