
Los días en Roma son más intensos de lo que Daniel Sturla imaginó. El arzobispo de Montevideo, designado cardenal por el papa Francisco en 2015, vivió la previa al primer cónclave entre charlas de pasillo informales, que era una suerte de recreo en los que se manejaban los posibles nombres.
“Esas charlas se dan en los recreos, en el espacio libre de la sesión de las congregaciones, que tienen media hora de descanso. Uno se va presentando y poco a poco va hablando con la gente que tiene confianza y va surgiendo la posibilidad de algún nombre”, contó Sturla, en una videoconferencia desde Roma con medios uruguayos, antes de quedar incomunicado.
Los cardenales también han participado en almuerzos y cenas en las que se manejan los posibles sucesores del papa argentino.

Sturla opinó que el próximo papa no será latinoamericano, aunque aseguró que no puede descartar esa posibilidad. “No descarto que pueda ser un papa latinoamericano, pero no me parece que lo vaya a ser. Pero es una opinión. Si sale un papa [de la región] van a decir que Sturla no sabía nada”, dijo.
El arzobispo de Montevideo consideró que es importante el lugar de origen del papa porque le da el énfasis que pretende para la iglesia. Francisco, por ejemplo, fue el “papa rioplatense, latinoamericano, que llevó las inquietudes que la iglesia latinoamericana ha tenido en estos años”, señaló, en referencia al foco puesto en los pobres y los “descartados”. Juan Pablo II, en tanto, fue “muy importante en ese momento de la historia de Europa”, por conocer “por dentro el sistema comunista”.
“Hay candidatos de todos los continentes. Se habla de alguno de África, alguno de Asia, europeos también. Puede ser de cualquier lugar”, señaló el cardenal.

Sturla dijo que hay una coincidencia entre los cardenales en que es necesario reconocer el “legado” de Francisco para elegir quién será el próximo líder de la Iglesia Católica. Sin embargo, señaló que el próximo pontífice deberá atender otros problemas porque el mundo es distinto al de hace 12 años.
“Hay una diversidad en alguno en decir que se debería continuar esto o hacer algo distinto. Ahí viene la diversidad de enfoques. No es lo mismo el mundo en 2025 que en 2013, cuando fue electo”, expresó.
La previa al cónclave tuvo, según él, un clima de “serenidad”. “Un ambiente sereno, de búsqueda de lo que Dios quiere. Somos hombres de fe y lo que queremos hacer es ver el papa que Dios quiere y que el mundo necesita en este momento”, dijo Sturla ante los medios.

El arzobispo de Montevideo espera que los cardenales lleguen a una “buena elección”, que el próximo papa sea “sabio” y “sepa guiar la iglesia”. “Que sea un puente para la paz, sobre todo en algunas regiones. Es un tema que a Francisco le preocupó y que tuvo su colofón en el encuentro entre los presidentes Trump y Zelenski en su velorio”, sostuvo.
Sturla ha tenido conversaciones con cardenales con más experiencia, que le aseguran que la decisión será rápida. “Algunos piensan que va a ser muy corto. Ojalá dure todo lo que tenga que durar. Es decir, si son tres, cuatro o cinco días, me parece que está bien. Porque llegar a esa mayoría de dos tercios supone que va a tener que haber un consenso muy grande. No puede haber prisa, se tiene que ir logrando el consenso”, expresó.
Antes de encerrarse en una votación que está cargada de secretismo y aislamiento, el cardenal uruguayo pidió que recen por él. “Siento todo el peso de la responsabilidad, pero al mismo tiempo el apoyo de la oración de tantos uruguayos que me han escrito. Así que no entro solo al cónclave, sino que iré con toda la fuerza de la oración de muchísima gente”, expresó.