No fue un temporal, un incendio ni un fallo técnico. Este jueves, las ciudades de 25 de Mayo, en La Pampa, y Colonia Catriel, en Río Negro, quedaron sumidas en la oscuridad debido a un culpable inesperado: una bandada de loros.
Estas aves, conocidas por su colorido plumaje y su carácter bullicioso, provocaron un cortocircuito en la Estación Transformadora Divisaderos, operada por la Administración Provincial de Energía (APE), dejando sin luz a miles de habitantes en un episodio que combina lo insólito con un dejo de déjà vu.
El incidente ocurrió alrededor de las 11 de la mañana, cuando los loros, posiblemente barranqueros, se posaron en la infraestructura eléctrica, desencadenando un fallo que afectó un aislador y un cable de media tensión.
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El resultado fue un corte general que paralizó la vida cotidiana en ambas localidades, desde comercios hasta hogares, generando molestias y un sinfín de anécdotas entre los pobladores.
El personal de APE acudió rápidamente al lugar para evaluar los daños y restablecer el servicio. Al llegar, los operarios confirmaron que la “interferencia de aves” había sido la causa del desperfecto, un diagnóstico que, aunque parezca sacado de una comedia, es más común de lo que se piensa en la región.
Tras poco más de dos horas de trabajo, lograron reparar el aislador y el cable afectado, devolviendo la electricidad a las zonas urbanas de 25 de Mayo y Colonia Catriel. Sin embargo, el episodio dejó a los técnicos recordando un incidente similar ocurrido en diciembre de 2024, cuando otra bandada de loros barranqueros causó un apagón en un sector de 25 de Mayo al provocar un cortocircuito en una columna de alta tensión.
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