Colombia se ha quedado muy cerca de la gloria. La tricolor ha perdido 1-0 este miércoles ante Argentina en la semifinal del Mundial sub-20 de Chile. El equipo nacional, ordenado y con carácter, se ha quedado a las puertas de la final, en la que ya se había instalado más temprano Marruecos, que venció en los penaltis a Francia en Valparaíso. Colombia aspiraba a llegar por primera vez a la instancia definitiva en un mundial de la categoría, y llegaba al partido envalentonada, tras derrotar a España en los cuartos de final.
Colombia se plantó en el campo del Estadio Nacional de Santiago con Jordan García en la portería. En la defensa, el técnico César Torres alineó a Joel Romero, Simón García, Yeimar Mosquera y Juan Arizala. En el mediocampo ubicó a Julián Bazán, Elkin Rivero y Kener González, y para el ataque eligió a Joel Canchimbo, Óscar Perea y Emilio Aristizábal, encargado de reemplazar a Néiser Villarreal, la figura de la selección, ausente por suspensión, y autor del triplete con el que la tricolor logró su cupo en las semifinales.
El juego comenzó con un dominio del balón casi absoluto de Colombia, que a fuerza de presión impedía a su rival ir más allá de su mitad de la cancha. El primer intento de aproximación llegó en la cabeza de Canchimbo, que logró impactar el balón que el portero se encontró en el camino y logró desviar antes de una falta en ataque que desactivó toda la acción. Un par de minutos después, el mismo atacante se asoció con Perea, que recibió la pelota y se tomó un instante de más para acomodarse, tiempo suficiente para que la zaga argentina sofocara la posibilidad de un disparo directo.
Argentina no empezó a pisar la mitad del campo colombiana antes de los 15 minutos, cuando empezó a ganar mayor posesión del balón y logró sacar algunos disparos, débiles y sin peligro para la portería de García. Colombia retrocedió un poco y cedió en algo la presión que había mantenido. El duelo pareció equilibrarse, aunque Canchimbo, que se ganó la titular con el correr del Mundial, insistía, esquivaba rivales en busca de alguna opción de gol. Tanto Argentina como Colombia coincidían hasta ese punto en la poca efectividad en el último tramo de la cancha.
Cuando se acercaba el mediotiempo, la tricolor se afectó por una lesión de Canchimbo, el más insistente de los atacantes colombianos. La baja se juntó con el primer susto real, tras una incursión argentina en el área y un rechazo a medias del portero, que complementó Bazán con un bombazo que despejó el balón y alejó el peligro. Colombia reaccionó poco después, cuando Arizala se inventó una jugada individual en un momento en que la defensa argentina estaba jugada. Dirigió el balón y disparó desde el borde del área, pero el remate se fue ligeramente desviado, cerca del vertical derecho del portero Santino Barbi. Con una Colombia envalentonada y una Argentina que fue de menos a más, se consumió en tablas el primer tiempo.
El segundo tiempo empezó con una Argentina mucho más activa, mayor presión y vocación ofensiva. Pronto empezó a llevar peligro a Colombia, con un fuerte disparo cruzado de Mateo Silvetti, recién ingresado en el terreno, que salió desviado. Aunque ahora era la albiceleste la que controlaba el juego, la tricolor reaccionó. Un despeje desde mitad de campo de Rentería dio inicio a un contraataque en los pies de Aristizábal, que disparó con la izquierda justo cuando Villalba llegaba para impedir la anotación. Argentina reaccionó con otro contraataque, que terminó invalidado por fuera de lugar. El juego entró en un toma y daca que animó al público del Estadio Nacional.
Colombia se aproximaba con mucho peligro: Barbi detuvo un remate de Rentería que detuvo Barbi; Ramírez logro desviar un disparo de Aristizábal cuando ya parecía que la tricolor celebraba; un cabezazo de Arizala, recostado al ángulo superior izquierdo de la portería argentina, obligó al arquero a usar sus 1,91 de estatura para mandar el balón de nuevo al córner. Colombia se veía con confianza y ganas, pero el gol seguía siendo esquivo.
Por el bando argentino, Silvetti se consolidaba como el atacante más inquietante para la zaga colombiana. Logró conectar un disparo con comodidad que, no obstante, salió desviado por encima de la portería. Su insistencia tuvo su recompensa cuando recibió un pase mientras entraba en el área y disparó sin mayor potencia ante una defensa colombiana desordenada y deshecha, que nada pudo hacer para evitar el primer gol de la noche, el tercero del atacante del Inter de Miami en este torneo. A menos de 20 minutos del pitazo final, Argentina empezó a controlar el partido y a jugar con el desespero de la tricolor.
Colombia se derrumbó. Gianluca Prestianni, el hábil delantero argentino, volvió a tocar la puerta con dos disparos que exigieron al portero Romero, y casi de inmediato Rentería recibió una segunda tarjeta amarilla que dejó a la tricolor con 10 jugadores. Los argentinos empezaron a pegar, a hacer tiempo; los colombianos cayeron en la provocación. A menos de 10 minutos del final, el juego parecía decidido. El empuje y las ganas de Colombia de empatar no bastaron para cambiar el resultado: Argentina triunfó y buscará el domingo su séptimo título orbital en la categoría. Por su parte, Colombia, combativa pero en deuda de pulir muchos detalles, se enfrentará el sábado a Francia por el tercer lugar, que ya obtuvo en 2003.