A comienzos de esta semana lo habían anunciado Swiss Medical y Medifé. En las últimas horas se sumaron OSDE y Galeno. El Gobierno les pidió hace diez días que redujeran el porcentaje de aumento de las cuotas de mayo y más tarde o más temprano todas parecen estar concretando esa voluntad.
Finalmente, los índices aplicados quedarán en muchos casos -y sobre todo en las empresas con más afiliados- por debajo del último valor del IPC anunciado, que para marzo fue del 3,7 por ciento. El 16 de abril, luego de conocida la inflación, las prepagas comunicaron por carta las subas. Poco más o menos, en la mayoría de los casos en torno a ese porcentaje.
Ahora, el promedio de los aumentos de las prepagas más importantes se ubicará tras los cambios un punto porcentual por debajo del IPC. El aumento de Swiss Medical pasó de 3,7 a 2,4 por ciento (fue la que más bajó); el de Medifé, de 3,7 a 2,7 por ciento; el de OSDE varía según el plan, pero en promedio quedará e 2,74 por ciento, cuando originalmente había comunicado un 3,4 por ciento. Mientras que Galeno corregirá el ajuste de 3,5 a 2,7 por ciento.
“El que saca los pies del plato pierde”, fue la frase de un directivo de uno de los seguros médicos que decidieron dar marcha con las subas de mayo. Ese sacar los pies del plato tiene una doble lectura: por un lado quieren cuidar la relación con el Gobierno, que les ha pedido que moderaran las subas; por el otro está la competencia entre prepagas y cómo quedan paradas unas con respecto a otras en su política de precios.
El Gobierno había convocado a las principales empresas de medicina privada a una reunión en el Ministerio de Salud, el miércoles 16 de abril, previo a Semana Santa. El lunes posterior, tras el fin de semana largo, las primeras prepagas ya empezaron a revisar sus incrementos. El resto de las prepagas y planes de salud que participaron de ese encuentro fueron Medicus, Hospital Italiano, Omint, Hominis y Sancor Salud.

En el caso de Medicus, que habían comunicado la suba de mayo con mayor anticipación que el resto, confirmaron a Clarín que el ajuste previsto para el mes próximo había sido del 2,2 por ciento. Mientras que el aumento enviado por carta ya para junio, al menos por el momento es del 4,95 por ciento. Sobre el resto de las prepagas mencionadas no se informó si habrá reducción de la suba ya anunciada y de cuánto sería.
En todos los casos en que hubo correcciones en los incrementos, las explicaciones que las prepagas ofrecieron a sus afiliados fueron similares, como si de repente la «cartelización simbólica» -con valores a la baja- fuera vista con buenos ojos. Palabras más o menos, las compañías consultadas hicieron hincapié en el hecho de que el dólar se mantuvo estable o incluso bajó levemente luego de la liberación del cepo cambiario.
«Gesto de confianza»
“El Gobierno nos pidió un gesto de confianza en función de que las variables de la economía están mejor. Cada uno de los que participó de la reunión en el Ministerio de Salud adoptó lo que interpretó del mensaje”, dijeron a Clarín desde una de las prepagas que estuvo presente en esa charla.

La pirueta que el Gobierno les hizo dar a las empresas no fue cómoda. En menos de una semana algunas, o en algo más de tiempo otras, tuvieron que ensayar un nuevo relato para explicar por qué aquello que en la primera carta consideraban justo como aumento, ahora en realidad podía ser moderado. Una especie de adaptación de la frase de Groucho Marx referida a la disponibilidad de principios según la exigencia del interlocutor.
Aunque tratándose de una reducción, para los afiliados esos argumentos seguramente sean lo de menos. La modificación no sólo impacta en la magnitud de la suba de mayo -reducción que en el mejor de los casos es algo mayor a un punto porcentual-, sino también en el monto de base para calcular el incremento acumulativo futuro. Y, algo fundamental para el mileísmo: la cifra del IPC.
Según pudo saber Clarín, desde el Gobierno están observando minuto a minuto las decisiones que van tomando las prepagas. Una fuente oficial al tanto de estas negociaciones aseveró: “Lo usual en los diálogos que se mantienen entre las partes es la paciencia”, y dio a entender que tras la primera reunión del 16 de marzo las conversaciones continuaron. Para cerrar con cierta ironía: “Creo que va a haber fumata blanca, ya que estamos con figuras vaticanas”.
PS