Una encuesta regional realizada por AtlasIntel en octubre de 2025 confirma que la crisis venezolana sigue siendo uno de los temas que más inquietan a los ciudadanos de América Latina. El estudio, que abarcó a 6.757 personas en todo el continente —2.777 en Venezuela y 3.980 en el resto de la región—, revela una visión ampliamente compartida: Venezuela continúa siendo percibida como un país en colapso político, social y humanitario, cuyo impacto se extiende mucho más allá de sus fronteras.
Los datos del informe muestran que el 41% de los latinoamericanos se declara “muy preocupado” por la situación venezolana y el 33% “bastante preocupado”, lo que significa que casi tres de cada cuatro encuestados (74%) observan con alarma el rumbo del país. Solo un 8% afirma no sentirse afectado por lo que ocurre. Esta cifra refleja que, a dos décadas de la consolidación del chavismo en el poder, la crisis venezolana sigue siendo un asunto de relevancia continental, tanto por sus implicaciones políticas como por el impacto migratorio que ha generado.
Entre los factores que explican esa preocupación, la encuesta identifica cuatro dimensiones principales: el fraude electoral (65%), la pobreza y el hambre (64%), la migración masiva (63%) y las violaciones de derechos humanos (62%). Estos datos sugieren que la percepción de Venezuela combina un colapso institucional con una emergencia social persistente, en la que el Estado ha perdido la capacidad de garantizar servicios básicos, condiciones de vida dignas y procesos electorales creíbles.
La magnitud de la diáspora venezolana también influye en la percepción regional. Según Naciones Unidas, más de ocho millones de venezolanos han abandonado el país, equivalente a una cuarta parte de su población. La encuesta de AtlasIntel confirma que este fenómeno es ampliamente reconocido: el 58% de los latinoamericanos afirma haber percibido impactos directos en sus países por la inmigración venezolana, principalmente en el mercado laboral, los sistemas de salud y la seguridad pública.


A la hora de identificar responsables, el diagnóstico regional es contundente. El 67% de los encuestados atribuye la responsabilidad principal de la crisis al régimen de Nicolás Maduro, mientras un 20% señala a la política de sanciones de Estados Unidos y un 8% a la oposición venezolana. El consenso es aún más fuerte dentro de Venezuela, donde la mayoría de los entrevistados asocia el deterioro del país con la corrupción, la represión política y la mala gestión del gobierno.
Esa percepción se extiende al sistema político. El 73% de los consultados considera que Venezuela es una dictadura, frente a un 16% que la define como una democracia y un 11% que no opina. Entre los propios venezolanos, el diagnóstico es más extremo: 81% la califica de dictadura, con apenas un 10% que aún cree vivir bajo un régimen democrático. Esta visión coincide con las denuncias internacionales sobre violaciones de derechos humanos y falta de independencia judicial.

La desconfianza se refleja con claridad en la opinión sobre las últimas elecciones presidenciales, en las que Nicolás Maduro fue proclamado presidente para un nuevo mandato. El 72% de los latinoamericanos sostiene que esos comicios fueron “robados” o “fraudulentos”, mientras solo 19% los considera legítimos. Entre los venezolanos en el exterior, la cifra de quienes creen que hubo manipulación asciende al 86%. El resultado sugiere que, para la mayoría de la región, el gobierno de Caracas carece de legitimidad democrática y mantiene el poder a través del control institucional y la coacción.
Cuando se pregunta si el país estaría mejor con o sin Maduro, la respuesta es casi unánime: el 74% cree que Venezuela mejoraría si el mandatario dejara el poder. Solo 13% defiende su continuidad. La percepción negativa hacia el presidente se confirma en su imagen personal: apenas el 12% tiene una opinión favorable de Maduro, mientras el 75% expresa una visión negativa. Su entorno político recibe valoraciones similares: figuras como Diosdado Cabello y Delcy Rodríguez son vistas de forma desfavorable por más del 70% de los encuestados.


En contraste, la oposición venezolana goza de un respaldo mayoritario. El 51% tiene una imagen positiva de las fuerzas opositoras, frente a un 34% negativo. Dentro de ese grupo, la figura de María Corina Machado concentra el mayor nivel de apoyo: 57% de opiniones favorables y 30% desfavorables. La encuesta también revela que el 55% de los latinoamericanos aprueba la decisión del Comité Nobel de otorgarle el Premio de la Paz 2025 por su defensa de la democracia y los derechos humanos, y que 55% confía en ella para liderar una transición democrática en Venezuela.
El estudio explora además las posibles vías de cambio. El 41% de los encuestados considera que la opción más viable para restablecer la democracia es una intervención militar liderada por Estados Unidos, 29% se inclina por la presión diplomática y 16% por una movilización interna. En una pregunta directa, el 53% dice apoyar una intervención militar estadounidense para derrocar al régimen de Maduro, frente a 32% que la rechaza y 15% que no se pronuncia. Aunque el respaldo a una acción externa no es absoluto, el dato refleja una percepción generalizada de que un cambio político interno, por sí solo, resulta improbable.

Los resultados también indican que, en caso de una transición, los latinoamericanos esperan una mejora sustancial en el país. Más de la mitad cree que el retorno de la democracia permitiría elecciones libres, un fortalecimiento de los derechos humanos y la normalización de las relaciones internacionales. El 58% estima que la migración venezolana disminuiría si el régimen colapsara, lo que sugiere que el éxodo es visto como consecuencia directa de la crisis política.
Por ahora, la imagen del país continúa deteriorada. El 82% de los encuestados afirma que no considera visitar Venezuela actualmente, y solo 9% lo haría en las condiciones actuales. Sin embargo, la expectativa de cambio podría revertir esa tendencia: 47% asegura que sí visitaría el país si se restableciera la democracia. Para buena parte de América Latina, la recuperación venezolana está asociada no solo a la salida del actual gobierno, sino a la posibilidad de reintegrar al país en el circuito político y económico regional.


El estudio Latam-Wide Poll – The Venezuelan Crisis fue elaborado por AtlasIntel entre el 22 y el 28 de octubre de 2025, mediante su metodología Random Digital Recruitment (RDR), que permite reclutar participantes de manera anónima durante su navegación en línea. El modelo ajusta la muestra según género, edad, nivel educativo, ingresos, región y comportamiento electoral previo, garantizando representatividad a nivel continental.
La encuesta incluyó 6.757 adultos latinoamericanos, con márgenes de error de ±1 punto porcentual para el conjunto regional y ±2 puntos para la muestra venezolana, bajo un nivel de confianza del 95%.
El informe ofrece una radiografía precisa del clima de opinión sobre Venezuela: una sociedad regional profundamente preocupada, que percibe al país como una dictadura en crisis, atribuye la responsabilidad al gobierno de Nicolás Maduro y asocia la salida política a una transición democrática que, según la mayoría, requerirá presión internacional.
Infografías: Felipe González





